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01-01-2012 | Fiesta de color y fuego en todos los barrios | |||
La Plata: Con la quema de mas de 200 muñecos se recibió el 2012 | |||
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Cerca de 200 muñecos fueron quemados pasada la medianoche de hoy en distintos puntos del distrito en lo que constituye un fenómeno único en el mundo. Como cada año, los platenses exorcizaron los pesares del año viejo bajo las llamas y las explosiones pirotécnicas, y recibieron el nuevo con toda la carga de adrenalina que se genera en cada quema. Con precisión de relojerÃa, en los horarios pautado, el ritual fue el mismo. Primero la música y las batucadas, después varios minutos fuego de pirotecnia, y finalmente las llamas sobre las estructuras de madera cartón y papel, cargadas de coheterÃa. El Gran Finale con alguna estruendosa explosión, y el mar de aplauso y los gritos de victoria. La ceremonia puede parecer desquiciada a ojos poco acostumbrados. Calles atestadas de autos que circulan en direcciones opuestas a las que debieran, grupos de pibes y familias enteras corriendo para llegar de un lugar a otra. Niveles de alegrÃa extraordinarias. Excitación. Asà se vivió, por ejemplo, sobre la rambla de 32, donde fue incinerada la familia de los Pitufos. AllÃ, algunos exaltados llegaron hasta el lugar de la quema circulando con sus autos por verde césped, otros prefirieron dejar sus vehÃculos literalmente tirados en medio de la avenida. La explosión allà no defraudó, a las llamas primeras llamas le siguió una seguidilla de brutales explosiones y las estructuras volaron por los aires. Y la expresión "volar" es, también, literal. Una ráfaga de viento se hizo cómplice y algunos papeles en llama se movieron inertes hacia un sector de la multitud que corrió con una sensación extraña, mezcla de temor y diversión. Quince minutos después, el rito se recreaba a pocas cuadras de allÃ, en 6 y 528 bis donde explotaban los personajes de Cars, Mate y Rayo MacQuin, también precedidos de una impactante baterÃa de cohetes y fuegos artificiales. O en el 4 y 531, donde ya habÃa volado el Don Quijote. Hubo gente que se mimetizó con las estructura de papel, como los egipcios de la calle 149, en Los Hornos. Y otros que desarrollaron un técnica especial a la hora de encender la mecha, como ocurrió en la monumental Falla Valenciana de 25 y 40. El fenómeno atravesó la ciudad de norte a sur y de este a oeste, y con matices marcados por la potencia de los explosivos y el tamaño de las llamas y de los muñecos, la fiesta terminó a la madrugada, con música, alegrÃa y cenizas. |