El 13 de marzo de 2013, el mundo presenció un hecho histórico: la elección del primer papa latinoamericano, Jorge Mario Bergoglio, quien asumió el nombre de Francisco. A lo largo de estos 12 años, su pontificado se ha caracterizado por un fuerte impulso a las reformas internas del Vaticano, su protagonismo en conflictos internacionales, la defensa de los derechos humanos y el medioambiente, y un marcado énfasis en el diálogo interreligioso.

Desde el inicio de su papado, Francisco ha impulsado cambios significativos en la estructura de la Iglesia. En un gesto histórico, abolió el “secreto pontificio” en los casos de abusos sexuales dentro de la Iglesia, incorporando este delito en el Derecho Canónico y endureciendo las penas. Además, promovió la participación de mujeres y laicos en el gobierno eclesiástico y creó la Secretaría de Economía con el objetivo de auditar las finanzas del Vaticano, respondiendo a las acusaciones de corrupción dentro de la institución.

El papa Francisco ha sido un mediador en conflictos internacionales. Desempeñó un rol fundamental en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba después de 50 años de ruptura. También viajó a Colombia en 2017 para respaldar el acuerdo de paz con las FARC.

Su sensibilidad ante las crisis humanitarias lo llevó a recibir a familias de víctimas tanto israelíes como palestinas y a llamar la atención sobre la situación en Gaza. Además, envió ayuda sanitaria a Ucrania, demostrando su compromiso con los pueblos afectados por la guerra.

Francisco ha impulsado una visión más abierta de la Iglesia. Fue el primer pontífice en pedir la despenalización de la homosexualidad y en proponer la creación de una ley de convivencia civil para las parejas del mismo sexo. También defendió la transmisión del evangelio en las lenguas maternas, recordando que esto fue ignorado durante la colonización.

En sus gestos simbólicos, ha incluido constantemente a los migrantes, como cuando lavó y besó los pies de refugiados de distintos credos en el marco del Jueves Santo.

El papa ha mantenido encuentros históricos con líderes de otras religiones, como el ayatolá Ali Al Sistani, Bartolomé I y Nasaruddin Umar. También firmó un acuerdo con el Gran Imán de Al-Azhar, líder musulmán sunnita, para frenar la violencia con motivos religiosos.

En su afán por acercar a la Iglesia a los territorios menos representados, se convirtió en el papa que más países con minorías católicas ha visitado, incluyendo Indonesia, Tailandia, Sri Lanka, Emiratos Árabes Unidos, Japón y Corea.

El cuidado del planeta ha sido una de las principales preocupaciones de Francisco. Su segunda encíclica, Laudato Si’, es una de las más importantes sobre el tema, en la que llamó a la responsabilidad global frente al cambio climático.

Además, ha exigido a los países más ricos que tomen medidas ambiciosas para frenar el calentamiento global. En 2024 anunció la construcción de una planta agrovoltaica para que el Vaticano funcione al 100% con energía limpia.

A lo largo de estos 12 años, el papa Francisco ha demostrado que la fe puede ser un motor de cambio en el mundo. Ha llevado la Iglesia a lugares donde nunca antes estuvo, ha puesto en el centro de su mensaje a los más vulnerables y ha hecho de la justicia, la paz y el cuidado del planeta su bandera. Su papado ha sido, ante todo, un recordatorio de que la Iglesia no es solo un edificio, sino un refugio para quienes buscan esperanza. En un mundo atravesado por conflictos y desigualdades, su voz sigue resonando como un llamado a la compasión, la solidaridad y la construcción de un futuro más humano.