16-05-2024
"Las olas y el viento"
Por Carlos A. Sortino (*) @CarlosASortino

Nos montanos a una ola azul que no llegó a La Plata y despreciamos el viento amarillo que se veía venir para frenarla. Después de las primarias, descansamos y nos dedicamos a burlarnos de los actos multitudinarios de Macri y a minimizar los posibles efectos  de la fuerte campaña encarada por Garro. De los "cambiemitas", como les decimos despectivamente, sólo Vidal, extrañamente, bajó los brazos y dio por concluida su marcha política. En términos estructurales, eso fue lo que pasó.

En términos coyunturales, la tristeza y el enojo por la derrota nos llevaron a una absurda "caza de brujas", con señalamiento de "traidores" a diestra y siniestra: por un lado, hacia los espacios políticos del Frente de Todos que perdieron las primarias; por otro lado, hacia el peronismo que apoyó al intendente de La Plata, aunque, en este caso, lógicamente, con menos vehemencia.

En el primer caso, no me consta (habiendo sido parte de una de aquellas listas que perdieron) que alguien haya dado la "orden" de cortar boleta en el tramo comunal ni que se haya "bajado línea" a la militancia para darle la espalda a la campaña. Mucho menos me consta que la militancia y los votantes sean idiotas útiles que acatan cualquier instrucción de su "líder carismático". Hay que sentir un profundo desprecio por el pueblo para concebir semejante grado de alienación.

Por otro lado, es necesario reconocer que no son sólo peronistas los que votaron en las primarias a las cinco listas del Frente de Todos y que, por lo tanto, muchos tomaron otras direcciones una vez superada esa instancia, considerando que no habían satisfecho sus necesidades y expectativas, por lo que el concepto de "lealtad" no encaja en ese universo.

En el segundo caso, el asunto es más sencillo: el peronismo que apostó por Garro nunca estuvo en el Frente de Todos y tomó esa decisión política por distintos motivos, que no estoy en situación de juzgar. Sólo puedo decir que no hay traidores entre quienes eligen, por la razón que sea, un camino distinto.

Hay que decir también que la conflictividad política al interior del Frente de Todos -en realidad, de cualquier alianza electoral- no se apacigua con el resultado de las primarias, porque las primarias no dirimen internas, sólo habilitan candidaturas.

Nuestro mayor problema es que tampoco las elecciones partidarias dirimen esas internas, porque aquello que conocimos como "partido político" es hoy un simple sello que permite participar en elecciones y nada más.

Lo viejo no termina de morir, lo nuevo no termina de nacer: las organizaciones políticas se están reconfigurando muy lentamente y, hoy por hoy, cada espacio supone ser la representación concentrada de las necesidades y expectativas de una porción del pueblo, con la táctica electoral como único horizonte. La diferencia con aquello que conocimos como partido político es que, además, este pretendía "contagiar" al pueblo de un proyecto político-ideológico.


Así las cosas, el Frente de Todos deberá en La Plata reordenarse como construcción política, sin desatender ninguna de sus muchas complejidades ni dar por muerto a ninguno de sus actores, lo que también implica revisar sus estrategias en tanto fuerza opositora a un gobierno municipal nuevamente elegido por el pueblo y en tanto proyecto de poder político. En ambos casos contará con un gobierno nacional y con un gobierno provincial afines, aunque no libres de aquella conflictividad interna.

Y, en tal contexto, habrá que ver también cuál será el derrotero del gobierno municipal de La Plata, con un gobierno provincial y un gobierno nacional que no se corresponden con su imaginario ideológico-político.

(*) Carlos Sortino exclusivo para Cadena BA. 07/11/2019

Periodista, ex docente de la UNLP. Referente de la Agrupación Municipal Compromiso y Participación (COMPA): https://www.facebook.com/COMPALaPlata/