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03-07-2019 | MACRI CONOCÍA LA DECISIÓN | |||
FMI: se fue Lagarde y Argentina deberá negociar con un duro | |||
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La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, fue designada como nueva presidenta del Banco Central Europeo, a partir del 1° de noviembre, en reemplazo del italiano Mario Draghi, luego de anunciar su renuncia temporal al cargo en el FMI. "Me siento honrada de haber sido nominada para la presidencia del Banco Central Europeo. A la luz de esto, y en consulta con el Comité de Ética del Directorio Ejecutivo del FMI, decidà renunciar temporalmente a mis responsabilidades como director gerente del FMI durante el perÃodo de nominación", comunicó oficialmente el organismo internacional, en el inicio de una nueva era. Para el Gobierno nacional, la salida de Christine Lagarde de la presidencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) no deberÃa tener mayores dificultades. Como tampoco la llegada como "acting managing director" del norteamericano número dos del FMI, David Lipton. Desde el Ministerio de Hacienda se asegura que la relación con el organismo financiero internacional quedará ahora concentrada en el director gerente para el Hemisferio Occidental, el mexicano Alejandro Werner; y con el responsable del caso argentino, Roberto Cardarelli. Y que, eventualmente, si surgiera alguna dificultad serÃa para que el board del organismo continúe liberando los fondos comprometidos en el stand by vigente, siempre quedará el último y, demostradamente efectivo, recurso extraordinario: la llamada a Donald Trump o al secretario del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin. Asà se reflexionaba en la Casa Rosada, al asimilar la y que según fuentes oficiales Mauricio Macri ya sabÃa desde que se reunió con la ahora exdirectora gerente del organismo el fin de semana en la cumbre del G-20, en Osaka, Japón. La opinión local es que el rol de Lagarde fue clave y fundamental desde que se cerró el primer acuerdo entre la Argentina y el organismo en junio del año pasado en negociaciones iniciadas en marzo de 2018 cuando la ex ministra de Hacienda francesa visitó el paÃs. En aquellos dÃas se organizó una cena en el hogar de Nicolás Dujovne, que abrió la alternativa de un regreso del paÃs al FMI. Más importante fue la actividad de Lagarde en agosto pasado, cuando se renegoció el stand by luego de que la Argentina lograra un curioso récord: haber sido el paÃs que más rápido anunció que no se podrÃa cumplir con un acuerdo stand by, a menos de tres meses de haberlo firmado. En aquel mes, Lagarde fue personalmente la que se encargó de explicar las dificultades de la economÃa argentina al board y lograr un aumento del préstamo y un acortamiento de los plazos de desembolsos. Esto pese al informe negativo de entonces firmado por Cardarelli (y avalado por Lipton), sobre la marcha de la economÃa argentina. En ambos momentos de apoyo al paÃs, Lagarde se manejaba con convencimiento personal, segura de que un buen acuerdo de regreso de la Argentina al Fondo, serÃa el broche de oro en su gestión como titular del FMI. Y con su impronta dentro del organismo, y el aval de Washington detrás, obtuvo el apoyo necesario para lograr el préstamo más importante en la historia del Fondo a un paÃs.
Sin embargo, en la próxima crisis que debió enfrentar el Gobierno de Mauricio Macri, demostró que la autoridad de Lagarde no alcanzarÃa para ayudar a la Argentina. Fue en abril pasado, cuando los mercados locales e internacionales volvieron a azotar al peso argentino; con una nueva corrida cambiaria que amenazó con demoler todo el débil andamiaje cambiario electoral del Gobierno de Mauricio Macri. Desde Buenos Aires se insistÃa en la necesidad de que el FMI liberara parte de los dólares del stand by para que desde Hacienda y el Banco Central se pudieran utilizar divisas para combatir corridas cambiarias como único mecanismo posible para estabilizar la tormenta local. Eran tiempos en los que el dólar aumentaba al mismo ritmo que caÃa la imagen del Gobierno en las encuestas. En la sede del organismo en Washington nació una resistencia irreductible: la del número dos en el orden de poder, el norteamericano David Lipton. Este economista, de origen demócrata y heredero ideológico de Anne Krueger (en parte responsable de la baja de pulgar hacia el paÃs en 2001), se oponÃa militantemente a violentar el artÃculo VI de la carta orgánica del FMI, donde se explicita que "ningún miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital". Se habilitó allà el "teléfono rojo" entre Macri y Trump, quien a su vez envió a Mnuchin a presionar a Lipton. Este finalmente firmó la rendición, y firmó el permiso para que el paÃs disponga de unos u$s6.000 millones para contener eventuales corridas cambiarias, con un lÃmite diario de u$s250 millones, inaugurando la etapa actual de nueve semanas y media de estabilidad cambiaria y alza de Macri en las encuestas. La gestión transitoria de Lipton y su afinidad con el caso argentino podrá ser evaluada rápidamente. En dÃas el board del FMI tendrá que reunirse nuevamente, para evaluar el segundo desembolso del año pactado con el paÃs, por unos u$s5.400 millones. Con este dinero la Argentina se garantizará que llegará a las elecciones presidenciales sin problemas de pago de vencimientos. Suponen en Buenos Aires que no deberÃa haber mayores dificultades, y que para fin de julio el dinero ya estarÃa en las reservas del Banco Central. Si esto no sucede, serÃa un cambio radical en la relación entre el paÃs y el organismo. (ámbito) |