25-04-2024
"¿Por qué solo Lavagna puede ganarle a Cristina?"
Por Javier Quinterno @javierquinterno

¿Cuál es el verdadero estado electoral del presidente Macri? ¿Lo vota más o menos gente que en 2015? ¿Cuántos de nuestros conocidos que lo votaron entonces ya no lo harán? ¿Puede realmente ganar en segunda vuelta?¿O ganarán los Fernández en la primera? Cuántas preguntas esperan respuestas que, menos mal, sólo tienen los votantes y no los dirigentes.

Hace ya tanto tiempo...

Desde el 22 de noviembre de 2015 ha pasado mucha agua bajo los puentes y recuerdos en nuestra memoria. En las primeras horas del día 23 nos enteramos que Mauricio Macri era el nuevo presidente de los argentinos. Había vencido a un Daniel Scioli anodino y sin brillo, que parecía un títere indeseado de Cristina Fernández, por una diferencia del 2,68 % de los votos, lo que representaron un poco más de 679.000 voluntades y ambos contendientes superaron los 12 millones de votantes.

Desde aquel entonces han cambiado muchas cosas. La esperanza en Macri se ha transformado en resignación y decepción casi generalizada. Sobre Cristina, las dudas sobre la corrupción, se convirtieron en la comprobación más tremenda que sólo puede ser negada por los fanáticos. Y en ese tiempo desde el gobierno se mantuvo vigente la grieta en vez de intentar superarla, al único efecto de tratar de ganar elecciones.

Pero más allá de las interpretaciones interesadas de los medios que responden a sus intereses y también a los miedos de sus periodistas, existe una forma de chequear, a mano de cualquier ciudadano, algunos datos claves que le pueden ayudar a tomar una decisión con la que empezarán a estar de frente en las elecciones PASO dentro de 57 días.

¿Y entonces a quien voto?

¿Cuántas personas ya no lo votarían a Mauricio Macri para otro período presidencial? Todos conocemos a unos cuantos, que se inscriben entre los defraudados y que si bien es probable que no cambien en su mayoría su negación a votar a los Fernández, dicen "Esta vez no voto ni a uno ni a otro". Ese segmento es casi de la mitad de los electores, de allí que escuchemos a tantos a nuestro alrededor.

Y entonces también aparecen aquellos que dicen -"Yo voy a votar a Macri aunque estoy decepcionado para que no gane Cristina", arrogándose el rol de salvadores del destino de la democracia en peligro, pero aquí cabe preguntarse: ¿Puede Macri ganarle a Cristina?. Y las respuesta es decididamente NO.

¿Por qué ganarían los Fernández?

Para ganar en 2015 Macri sacó en la Provincia de Buenos Aires un 48,85 % y si consideráramos la mitad de la caída que marcan las encuestas más favorables, el presidente estaría sacando en segunda vuelta aproximadamente el 40 %, es decir  840.000 votos menos que hace 4 años. Y en CABA, donde haría la mejor elección (sacó 64,8 %), sólo perdería - con el mismo método optimista para el PRO - 197.000 votos, es decir que en ambos distritos estaría en una caída de más de 1.000.000 de voluntades. Un 4 % del resultado del país. Con éso sólo pierde en la Argentina, porque habría ganado por el 2,68 %, suponiendo que los Fernández no saquen un solo voto más, ni uno menos,  que Scioli en aquella elección.

Pero usando el mismo método de análisis, sólo en Córdoba, aún con la ayuda del gobernador Schiaretti, (recordando que en esa provincia el resultado 2015 fue 71% a 28 % a favor de Macri), el presidente perdería aproximadamente 463.000 votos, es decir casi 2 % del total nacional. Que agregado al mejor resultado estimado en Santa Fé, donde perdería otro medio por ciento del total nacional. Y en las provincias del Norte cuya caída aportaría otro 1 %, que sumado a las provincias del Centro que estarían en 2 % de pérdida sobre los guarismos nacionales de 2015. Y estimando un valor casi irrelevante para el sur del país del 0,4 %, tendríamos una caída total en el balotaje de 9,9 %, situándose apenas por encima del 40 % en el total nacional. Obviamente que con esos números se pierde.

Conclusiones

Para revertir este análisis deberíamos ver a ciudadanos que no lo votaron a Macri y que ahora están dispuestos a hacerlo o a votantes que votaron a Scioli y que no votarían a la fórmula Fernández-Fernández y que además sean tan numerosos como para reemplazar a aquellos que en la actualidad han sido defraudados por el actual gobierno o espantados por el anterior.

De allí que aunque casi nadie repare por ahora en la tercera vía de Roberto Lavagna y su Consenso Federal, ésa nominación es la única que puede evitar, como quieren algunos el retorno de los viejos tiempos y que FF sea la marca que gobierne en la Argentina de finales de 2019 en adelante. 

En política como en la vida, no siempre lo obvio ocurre, y mucho menos si depende de la voluntad de cada uno.

(*) Militante radical. Nota de opinión del 15 de junio de 2019.-