La jefa de Estado lo afirmó al hablar en el Palacio de Miraflores tras la firma de convenios bilaterales con Chávez, en una ceremonia que se llevó a cabo en el salón "Néstor Kirchner", inaugurado por ambos presidentes como parte de las actividades cumplidas por la mandataria en su visita oficial a Venezuela.

El salón, decorado íntegramente en colores celeste y blanco y con numerosas fotos de Kirchner junto a Cristina, Chávez, Lula y otros mandatarios, es la sede permanente de las deliberaciones del Consejo de Ministros de Venezuela.

La Presidenta fue recibida por el líder bolivariano -anfitrión de la Cumbre fundacional de la CELAC, que se desarrollará en esta ciudad a partir de mañana- en la "Puerta Dorada" del palacio presidencial (ingreso solo destinado a mandatarios extranjeros), donde la presidenta recibió el saludo protocolar de la Guardia de Honor Presidencial.

Cristina Fernández de Kirchner arribó a las 12.30 (hora de Venezuela, 14 en Argentina) al Palacio de Miraflores, acompañada por su hija Florencia y miembros de la delegación argentina, mientras que el mandatario Venezolano la aguardaba junto a una de sus tres hijas, María Gabriela, y dos de sus nietos.

Entre los miembros de la delegación argentina se encontraban, el canciller, Héctor Timerman; los gobernadores de San Juan, José Luis Gioja y el de Tucumán, José Alperovich; la ministra de Industria, Débora Giorgi; el diputado nacional, Edgardo Depetri y el subsecretario de Reforma Institucional y diputado nacional electo, Andrés Larroque.

También estaban presentes, el ex asesor del ex presidente Néstor Kirchner en la Unasur, Rafael Follonier; el secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales y embajador argentino designado de Brasil, Luis María Kerckler, además del dirigente social, Quito Aragón y el diputado provincial, Fernando "Chino" Navarro.