12-05-2024
23-11-2011 | Crimen de Tomás
Cuello cada vez más comprometido

Los familiares de Adalberto Cuello, detenido y único imputado por asesinato del niño en Lincoln, reconocieron la pala como de su propiedad. Se cree que con ella mataron al chico de dos golpes en la cabeza.

Los investigadores sometieron a reconocimiento la pala secuestrada en la causa. Varias de las personas que trabajaban en tareas del albañilería junto a Cuello (39), único acusado del homicidio, afirman que pertenece al ex padrastro de Tomás Santillán.

 

La pala fue encontrada el fin de semana abandonada en el autódromo municipal, donde también aparecieron la mochila de los "Power Rangers" y el guardapolvo de la víctima.

 

Los investigadores creen que pudo ser el arma homicida, pero aún no hay confirmación de ello porque esa herramienta está siendo sometida a todo tipo de peritajes en la ciudad de La Plata para detectar si hay rastros de sangre o alguna otra evidencia de la víctima, o huellas y ADN del sospechoso.

 

Es que en la autopsia, los forenses determinaron que Tomás fue asesinado a golpes con un objeto duro y romo que le provocaron la fractura de su cráneo.

 

Los investigadores creen que el asesino pudo haber empleado la pala al revés, aplicando con el mango los golpes en la cabeza.

 

En tanto, de acuerdo a la transcripción de la declaración indagatoria que prestó el sábado ante el fiscal Javier Ochaizpuro, Cuello aseguró que "siempre estuvo muy preocupado por la desaparición de Tomás".

 

Al describir su vínculo con su ex hijastro, dijo que "su relación con Tomás en Timote era espectacular, pero cuando llegaron a Lincoln, la misma cambió, no sabe por qué".

 

"Sólo una vez lo levantó de una oreja a Tomás, pero nunca le pegó. Como la relación con Leonor estaba mal, le había roto ropas y fotos al deponente entonces él le rompió una PlayStation porque consideraba que Tomy no era agradecido con él", explicó.

 

También dijo que a Tomás "le enseñó a comer, a no tirar la comida" y en ese sentido agregó: "Sólo le enseñaba, pero si no comía no lo retaba ni le pegaba".

 

Cuello se defendió al afirmar que "no tiene nada que ver con lo que le pasó" al chico y que "Tomás era un santo, motivo por el cual nadie tenía problemas con él".

 

Al explicar qué hizo el día de la desaparición de Tomás, el albañil aseguró que "se levantó a las 11.15 aproximadamente", que su novia, María Inés Márquez, lo llevó en el auto de sus suegros "a lo de un amigo y luego volvió cerca de las 12 a su domicilio".

 

Pese a que la propia Márquez negó ante el fiscal haber estado ese día con él, Cuello explicó que su actual pareja lo dejó en su casa y "se fue a trabajar a la escuela".

 

Indicó que él "se acostó unos 15 minutos y se levantó", que "preparó la máquina para sacar el agua de la pileta pero no lo hizo" y que "alrededor de las 12.45 colgó una foto en Facebook y más tarde otra foto en el mismo lugar".

 

Siempre según el texto de la indagatoria, Cuello dijo que "más tarde, cuando vinieron sus tíos del cementerio, se enteró de la noticia de que Tomy no había llegado".

 

El imputado afirmó que llamó "dos veces a Leonor", su ex pareja y madre de Tomás, y ella "le comentó lo de su hijo".

 

Cuello señaló que luego "Leonor y la policía llegaron a su domicilio y le tomaron sus datos personales", que él le preguntó a su ex mujer si quería que "ayudara a buscar a Tomás", que ella "le contestó que no" y entonces "él se quedó en su casa".

 

El albañil recordó que media hora más tarde llegó un móvil policial a su casa que lo trasladó a la comisaría, donde declaró y lo tuvieron hasta las 22, momento en el que regresó a su casa.

 

El acusado también reconoció que el viernes anterior a la desaparición socorrió a Tomás y a su primo Santiago cuando un grupo de chicos más grandes los corrían para pelear, pero no supo justificar por qué estaba merodeando el colegio de su ex hijastro.

 

Al respecto, el acusado indicó que "estaba cerca del colegio porque fue a comprar leche para su hijo Juan Martín que tiene con Leonor y a jugar un número de quiniela".

 

Primero explicó que "a esa hora cerca de su casa no hay nada abierto para comprar leche y menos para jugar a la quiniela", pero luego dijo que, en realidad, el negocio cerca de su casa "vende caro" y por eso prefirió ir al supermercado cerca del colegio.

 

Además, el imputado aseguró que "nunca le comentó a nadie que quería secuestrar a Tomás para hacerle pagar a Leonor por no dejarle ver a su hijo Juan Martín, sino que alguna vez dijo que el día que tuviera dinero se llevaría a Juan Martín y eso le dolería a Leonor, pero no se refería a Tomás".

 

Por último, Cuello negó haber estado ese martes y miércoles "por la zona del camino real a Bayauca donde apareciera Tomás".

 

Tomás fue visto con vida por última vez el martes 15 de noviembre, alrededor de las 12.15, cuando salió de la escuela número 1 de Lincoln rumbo a su casa, pero como nunca llegó su madre realizó la denuncia.

 

Luego de dos días de búsqueda, el nene fue hallado asesinado en un campo de las afueras de la ciudad.

 

Según el informe preliminar de la autopsia, el niño murió entre las 12 y las 16 del mismo martes en que desapreció.