El arma reglamentaria con la que en la madrugada del domingo fue asesinado el policía Héctor Daniel Luján fue hallada quemada anoche en un terreno de Altos de San Lorenzo y complica aún más a Aldo Lucio Ravacio, único detenido por el hecho.

 

Además, la causa sumó el testimonio del joven de 18 años que aquella noche festejaba su cumpleaños y tras lo cual se desató la pelea que terminó en un crimen. Anoche, al cierre de esta edición, familiares y amigos de la víctima se manifestaban en 7 y 72 pidiendo justicia.

 

La llamada de una vecina fue clave en el hallazgo. La información llevó a los efectivos del Gabinete de Homicidios hasta la intersección de las calles 20 y 85, donde la mujer, que vive en una casa lindera al descampado, dijo haber encontrado la pistola 9 milímetros usada por el matador.

 

Según sus dichos, el arma podría haber sido destruida en la noche del miércoles por varios desconocidos que suelen juntarse en ese lugar, "que habían encendido una fogata". Ayer por la mañana, la propia mujer constató que el arma se hallaba en la quemazón y dio aviso.

 

Posteriormente, la Policía constató que se trataba de la Browning 9 milímetros número de serie T10511, perteneciente al teniente Sánchez que aquella noche acompañaba a Luján.

 

Juan Pablo Castillo dio ayer su versión de los hechos ante la fiscal Virginia Bravo. El joven había organizado su cumpleaños número 18 en el salón de fiestas "Chalet Pallazollo" y narró los momentos previos al crimen y la violenta irrupción de Ravacio en la casona de 72 entre 7 y 8.

 

El joven detalló que el acusado "no estaba invitado a la fiesta", que se pasó gran parte de la noche merodeando el lugar junto a tres amigos a los que identificó como "Pelado", "Chompiras" y "Carlitos", según se lee en el expediente. Junto a ellos había "unos nenes de 12 y 14 años que andaban en moto, que son del barrio".

 

Ravacio, en un pasaje de la fiesta, logró ingresar al salón, pero fue echado por el padre y el hermano del testigo homenajeado. Siempre según el relato del cumpleañero, tras el crimen, Ravacio ingresó por segunda vez. "Lo único que sé fue que él entró con el arma en la mano, apuntó a todos y se fue para el fondo, y ahí esconde el fierro y alguien lo agarró", detalló Castillo ante la fiscal. Segundos después policías desalojaron el lugar pero a pesar de la búsqueda, no hallaron el arma.

 

Ravacio, de 22 años, quedó formalmente procesado tras negarse a declarar ante la fiscal Bravo. Es asistido por el defensor oficial platense Nicolás Blanco. La causa quedó caratulada "lesiones, resistencia a la autoridad, robo y homicidio criminis causa", agravada por la condición de policía de la víctima.

 

LOS HECHOS. Los efectivos llegaron al lugar alertados por un llamado al 911. En el salón de fiestas Pallazollo, ubicado en 72 entre 7 y 8, se celebraba el cumpleaños número 18 de Castillo. El ahora detenido intentó ingresar, pero "no estaba invitado" y fue echado del lugar. En ese momento se inició una pelea que se trasladó a la calle.

 

Cuando los patrulleros llegaron, Ravacio intentaba tomar un micro de la línea Este.

En ese momento empezó una discusión sobre la rambla de 72, entre 6 y 7, frente al lavadero ubicado en la esquina de 7. La imagen que fue repetida por todos los canales de TV muestra al joven gesticulando frente a los uniformados, hasta que intenta una huída hacia la avenida 7. El desenlace fatal comienza cuando uno de los policías intenta sujetarlo y el joven se resiste. Intervienen los otros tres efectivos pero no pueden reducirlo. La imagen muestra la caída de uno de los agentes instantes antes de que el joven reapareciera en escena ya con la pistola en la mano. Se supone que se apoderó de ella durante esa batahola.

 

Con el arma en su poder, Ravacio amenazó a los efectivos y cruzó desde la rambla hacia la vereda, desde donde huyó rumbo al salón de fiestas cruzando la avenida 7. Llega a apreciarse que Luján lo sigue corriendo por la rambla. Lo hace hasta que cae herido.

 

Sólo se adivina el momento en que el joven se habría dado vuelta para efectuar el disparo que resultó mortal. La pericia constató que el proyectil, que rebotó en el pavimento, lo alcanzó por debajo del chaleco protector y le causó gravísimas lesiones

Mientras el herido era socorrido por sus compañeros, quienes lo cargaron en un patrullero y lo trasladaron al Policlínico San Martín, el sospechoso siguió corriendo hacia la casa de fiesta donde intentó refugiarse. Allí fue detenido pero ya no tenía en su poder el arma.

 

Luján llegó al Policlínico San Martín en "shock hipovolémico (baja del volumen circulante de sangre), con orificio de entrada de proyectil de arma de fuego situado entre la fosa ilíaca derecha y el flanco derecho, no pudiendo constatarse orificio de salida". Si bien fue compensado para una posterior intervención, el policía murió al mediodía.

Luján, de 38 años y fanático de Gimnasia, era muy querido en su barrio, donde había nacido y tenía dos hermanos. Deja a su esposa y dos niñas, una de 14 y otra de 4 años.

 

(Fuente: Diagonales)