"Clinton y Trump: Las dos caras del autoritarismo"
06-07-2025
"Clinton y Trump: Las dos caras del autoritarismo"
Por Belen Marty @belenmarty

Los tres debates presidenciales entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump los vi de la misma manera: con una copa de vino y unos pochoclos de mircrondas. La pregunta de si ganó Ella o si ganó Él es indiferente: Ambos son la misma cara de la moneda del autoritarismo.

Ambos personajes parecen sacados de una obra de Luigi Pirandello; cada movimiento gestual, cada palabra fue elegida tras bambalinas. Por suerte, cada vez falta menos para el 8 de noviembre, día en el cual ambos candidatos se verán las caras en las elecciones generales a presidente de Estados Unidos. Lo que cada uno de ellos promueve y piensa sobre las políticas públicas que afectarán la vida de los más de 318 millones de estadounidenses son muy similares. Veamos por qué.

Clinton y Trump ansían poder, un Estado más grande a costa de coartar de derechos individuales y un gran porcentaje de libertad de los norteamericanos. Principios que rigen desde la declaración de la independencia de ese país en 1776. Ambos candidatos creen que pueden resolver ellos mejor que cada ciudadano los problemas con los que ellos se enfrentan a diario.

¿Qué está pasando ahora para que la tierra que supo albergar cientos de inmigrantes tenga hoy un referente que pretende estigmatizarlos y cerrar la puerta con llave las fronteras del país? ¿Y qué está sucediendo para que palabras como libre comercio suenen despectivas en uno de los países con mayor libertad económica del mundo?

El fenómeno Clinton - Trump va a dar que hablar en 20 años cuando nuestros hijos analicen nuestro presente. Se vienen tiempos de tiranía soft, pero tiranía al fin. Ellos dos ponen sus necesidades políticas por sobre el bien y la libertad de sus conciudadanos.

Por supuesto, no estamos hablando de la tiranía que aqueja a Cuba, con un dictador que gobierna la isla desde 1959 en el cual uno puede ser fusilado por pensar distinto o lo que está sucediendo en Venezuela con la centralización de la economía y el encarcelamiento de líderes políticos de la oposición. En        Estados Unidos el daño aún no es irreparable, pero estamos a tiempo de no permitir que las cosas se encausen hacia un mayor autoritarismo. Porque de lo que hemos visto hasta ahora, ambos candidatos han mostrado ser política y temporalmente autoritarios.

Según el candidato libertario Gary Johnson solo el 24% de los americanos cree que los candidatos los están escuchando. Y él, que se presenta como una tercera opción en las elecciones, bastante detrás de los dos candidatos principales, plantea un interrogante: En un país en el cual hay tanta libertad de elección en distintas esferas de la vida, ¿cómo puede ser que las opciones políticas sean solamente dos?

Trump es todo menos un ser agradable. Es grosero, inmensamente ricachón y maleducado. Cuando vemos sus políticas vemos un muro para impedir el acceso a inmigrantes al país y vemos la obligatoriedad de que los que llegan le juren lealtad a la bandera estadounidense. Vemos mujeres teniendo que ir a la cárcel por hacerse abortos y una grosera estigmatización y ridiculización a las mujeres musulmanas. Cón él, llegaría la represión en manifestaciones y relaciones carnales con líderes políticos autoritarios como Vladimir Putin. Es el estandarte del autoritarismo del conservadurismo de derecha: la presunción moral superior de tener que defender los valores tradicionales.

Si bien muchos esperaban que Trump moderara sus dichos sobre inmigración una vez fuera del círculo de nominaciones republicanas, el candidato hizo todo menos eso. Apostó doble por ese principio en una charla que dio hace poco en la ciudad de Phoenix.

Es más, el columnista Alex Noweasteh escribió en un artículo publicado por el Instituto Cato que la restricción de inmigrantes solo atrae a cierto sector del electorado del Partido Republicano. En este sentido, rescató que los votantes republicanos no son tan opositores a la inmigración como lo fueron en otra época.

¿Y Clinton? ¿Sería ella una buena representante? A pesar de que el 99% de los medios argentinos y regionales creen, la mujer candidata sería una pésima opción para Estados Unidos. Como todo demócrata, ella cree que tomará mejores decisiones que los ciudadanos.

Está a favor del control de armas, lo que la pone en la vereda de enfrente en la defensa de la segunda enmienda estadounidense que plantea el derecho del ciudadano a poseer armas.

Además, es una referente del capitalismo de amigos. Un capitalismo prebendario en el cual se benefician solo las empresas aliadas al poder político. Algo que haría al socialista y demócrata Bernie Sanders revolcarse de rabia. Por último, la senadora por Nueva York  también traería a EE.UU. mayores regulaciones a la industria.

Ambos, entonces, creen tener superioridad moral, restringen la libertad del comercio, anuncian mayores regulaciones y exigen un estado benefactor. Todos indicios de un Estado, al menos, más autoritario.

Ninguno de los dos es santo de mi devoción. Pero hay luz al final del túnel y tiene el nombre del tercer candidato.

Belén Marty. Exclusivo para Cadena BA. 23/10/2016

Periodista,  Lic. en Comunicación Social (Univ. Austral), Maestrando en Economía y Ciencias Políticas (Eseade). Ex corresponsal Cono Sur y Cuba de Pamam Post.