A comienzo de este año, aparecieron las primeras informaciones acerca de cómo serían los nuevos cuadros tarifarios de los servicios públicos. En una primera impresión no parecía plausible su aplicación, e incluso provocaronsorpresalos porcentajes de aumentos que evidenciaban,todo indicaba que nos hallábamos ante un error en su materialización.

Pero, no hubo error y sin eufemismos, el aumento de las tarifas de servicios públicos domiciliaros era un aumento desproporcionado e irrazonable alejado de la realidad económica del usuario.

Confirmado los picos de aumentos, el interrogante fue,qué hacer ante un gobierno que, recientemente elegido por la mayoría de la población, proponía una trepada tarifaria sin precedentes.

Frente a aumentos que fueron entre el 400% en el caso de agua 300% en el caso de la luz y hasta  1000% en el caso del gas, las primeras señales vinieron de dirigentes políticos y sociales que realizaronpresentaciones administrativas acompañadas por firmas de usuarios. Se realizaron jornadas de información y concientización, lo que se hizo con poco orden y mucha voluntad. Luego siguieron las presentaciones judiciales, y llegaron los ruidazos y bocinazos contra el aumento de tarifa, todo eso acompañado por un activismo participativo en las redes sociales, hasta llegar a la formación de espacios sociales multisectoriales, que hoy existen en muchas ciudades de la provincia, y del país, con dinámica asamblearia.

El pueblo quería saber de qué se trataba

En medio de todos estos aumentos aparecieron las audiencias públicas forzadas por la impronta de los reclamos, guapeadas judiciales y doctrina Cortesana.

La primera sin mucho ruido fue la de la empresa de agua provincial ABSA, que termino plasmando rápidamente un desproporcionado aumento sin miramiento. Luego la del servicio eléctrico provincial que se realizóen Mar del Plata el día 28 de julio con serios cuestionamientos de su legitimidad con mas participantes fuera del recinto que pedían su impugnación que oradores dentro de la misma audiencia pública. Finalmente llegamos a la que mayor difusión y participación tuvo (siendo una de las más importantes históricamente) la del Gas.La Audiencia de las Audiencias. En una interminable evento de 3 días pasaron más de 350 oradores, que pidieron su impugnación por no contarse con información suficiente (sobre precios y tarifas), por no aclarar cuál fue el criterio para cercenar la voz de otros inscriptos, donde se cuestionaron fuertemente la propuesta del gobierno de establecer un aumento del 203% promedio para el gas, donde nada se dijo del precio del gas para Pymes, GNC o para entidades de bien público que no podrían pagar esos valores.

¿Y la voz de las empresas?

Desde el comienzo del año se plantearon aumentos de los cuadros tarifarios. Se delinearon dos posturas aparentes, aumentos si o aumentos no, representados por la voz gubernamental por un lado y organizaciones sociales y dirigentes políticos de la oposición por otro.Desde el comienzo de la discusión, a principio de años, hasta hoy, en este revuelto de amparos, juntadas de firmas, debates televisivos, audiencias públicas, y discusiones y más discusiones, hay un notable ausente, el sector empresario.

¿Dónde están los representantes de las empresas de servicios públicos? Porque no se debatió sobre la prestación del servicio, de su rentabilidad, de cual va ser su inversión. Porque no se habló de cómo van a incluir a los ciudadanos que hoy no tienen servicios y como van a prever las interrupciones y deficiencias a partir de un beneficio tarifario tan importante. ¿Porque no se conocen caras visibles de esos sectores?.

¿Porque no hubo representantes de las empresas en los debates televisivos pidiendo y justificando el aumento de tarifas? ¿Por qué no seexigió? y seguimos discutiendo y debatiendo con la ausencia de ese sector.

¿No deberían haber rendido cuentas de su labor hasta aquí y contarnos que van a hacer para concretar su tarea de mejoramiento y eficiencia del servicio?

Las empresas de servicios públicos en los más de 20 años de concesión no han dado en ningún momento siquiera la sensación de haber cumplido con objetivos como la universalidad del servicio, la regularidad del mismo y su accesibilidad.

Por el contrario las empresas han tenido suculentas ganancias por encima de la media internacional.Desde un primer momento no han invertido lo requerido, sino que lo han hecho por debajo de la media internacional mientras que sus ganancias lo fueron por encima. -Ver informe de FLACSO, al respecto.  

Frente a ello con la crisis de 2001, y con el objeto de no dejar a usuarios sin servicios, se relajaron las obligaciones de inversiones, se subsidiaron los servicios, se lentificaron los reacomodamiento tarifarios y se aceptó que las distribuidoras se endeudasen con la  productoras del recurso o el mercado mayorista.

Las empresas reclamaron administrativamente reacomodamiento tarifario, sabiendo que ante la ausencia de ello nadie obligaría a realizar mayores inversiones, por ello consintieron este proceso, lo que se deja ver en la circunstancia de no haber dejado el servicio y tampoco judicializar la solicitud.

En caso de paridad a favor de…

De esa situación de empate técnico, no puede salirse con una derrota del usuario, en tanto sin usuario no hay servicio.

Los aumentos tarifarios de hoy se asemejan mucho a una virtual derrota del usuario, en tanto, los usuarios que no tienen servicio, nadie les explica como lo tendrán, los que están irregularmente conectados, nadie sabe cuando la empresa invertirá para mejorarlo, los que tienen un servicio deficiente no saben cuando se regularizará, y frente al aumento de la canasta de servicios públicos en más de un 70 % de un año a otro, nadie explica cómo hará para pagarlo sosteniendo similares condiciones de vida.

Los aumentos tarifarios han minado el salario del trabajador. El empate técnico entre empresas de servicios y  usuarios, no podría tener una salida en contra de este último, bajo el argumento de la sustentabilidad, en tanto por ese tan ansiado objetivo no puede excluirse uno solo de los usuarios que es la razón primera del servicio público, y de la supuesta privatización. Frente a la supuesta sustentabilidad del servicio debe imponerse la sostenibilidad de la dignidad de la familia que requiere acceder a ese servicio.Es evidente que al menos hasta aquí y entre tanta pelea intestina los únicos beneficiados son los accionistas de las empresas de servicios públicos, quien ven recibir mayores ingresos y al menos desde la óptica del usuario, sin saber a cambio de que.

…Ganancia de los accionistas de las empresas de servicios públicos.

(*) Roberto Daoud, exclusivo para Cadena BA. 02/10/2016