El juez de Garantías de Morón, Alberto Meade, avaló la investigación e hizo lugar al pedido del fiscal Marcelo Tavolaro y hoy dictó la prisión preventiva de seis de los siete detenidos por el secuestro y crimen de Candela Sol Rodríguez.

La resolución del juez Meade llegó esta tarde luego de que este mediodía se reuniera en una audiencia en los Tribunales de Morón con las partes involucradas y el fiscal del caso Candela, quien solicitó las preventivas bajo los fundamentos del peligro de fuga o entorpecimiento de la causa.

Así, el juez avaló los fundamentos que el fiscal Tavolaro había manifestado cuando requirió la preventiva para Hugo Bermúdez como autor material del crimen; la depiladora Gladys Cabrera, dueña de la casa donde supuestamente estuvo cautiva la menor; y para el carpintero Néstor Altamirano, sindicato "cuidador" de la nena. En el mismo pedido incluyó al albañil Alberto Espíndola, el fletero Guillermo López y al verdulero Fabián Gómez, quienes fueron señalados como partícipes necesarios o secundarios del crimen.

Hoy, durante el mediodía, se había realizado la audiencia solicitada por las defensas de Altamirano y del fletero López y el verdulero Gómez. Durante la reunión con el juez, los tres imputados y sus abogados expusieron ante el magistrado los argumentos de por qué cada uno debería quedar en libertad. Es más, en su exposición, el carpintero se quebró ante Meade y le dijo que su situación había empeorado el estado de salud de su mujer, Nelly.

Sin embargo, esos argumentos no fueron suficientes para convencer al juez, algo que sí hizo el fiscal en su informe con los porqués de los pedidos de prisión para los seis imputados.

Los defensores de los detenidos pueden apelar la medida ante la Cámara de Apelaciones y en función de eso, si la resolución sigue firme, pueden pedir una morigeración de la pena, como sería un arresto domiciliario. Aunque, esto último, dependerá de los antecedentes de cada uno.

Por su parte, el abogado ,Rodrígo González defensor de Gómez y López, aseguró, "no se puede dejar preso a dos personas por la sola declaración de testigos de identidad reservada" y reiteró que sus dos defendidos "son inocentes".

En tanto, Tavolaro dejó para más adelante la resolución sobre Héctor "Topo" Moreira, el último de los detenidos del caso. Los investigadores creen que este hombre es el instigador del crimen de Candela y que lo habría ideado como una venganza contra el padre de la nena.

Moreira sería clave en el caso,  pero el Fiscal tiene aún un plazo más extenso para juntar pruebas en su contra. Faltan completar los estudios de ADN que se le hicieron para compararlos con algunos elementos hallados en el supuesto lugar de cautiverio y con pertenencias de la víctima.

En su requerimiento, el Fiscal habló de "venganza no convencional", "vuelto" o "ajuste" y aseguró que en principio la banda tal vez no tenía como fin matar a la niña, pero la asesinó porque Candela conocía a las personas que la tuvieron cautiva.

Al describir los roles, para el fiscal fue Bermúdez quien mató a la niña de 11 años cuando presumiblemente con sus manos le tapó la nariz y la boca y le provocó un paro cardiorrespiratorio traumático.

El Fiscal consideró a ese acusado un "psicópata sexual" porque -según declararon sus amantes- les tapaba la boca y la nariz para gozar durante las relaciones sexuales.

Además de estos siete apresados, hay otros tres imputado por el crimen, aunque fueron excarceladas semanas atrás.

Ellos fueron el tornero Alfredo Monteros, su hijo homónimo y el fletero Daniel Valenzuela.

De acuerdo a la investigación, existe un prófugo llamado Leo, de 25 años, que jugó a ser el "noviecito" de la nena antes del rapto, con el fin de obtener información clave para concretar el secuestro.

En su resolución, el Fiscal remarcó que para llevarse a la nena el lunes 22 de agosto "se ha utilizado como herramienta inicial algún mecanismo de captación o vinculación desde lo afectivo o emocional, por ejemplo, bajo la directriz de un engaño, promesa, que permitiera a la víctima vincularse a los protagonistas criminales necesarios, de una manera no involuntaria, no violenta ni agresiva". Y, por tanto, se cree que a la nena le prometieron llevarla a ver a su padre, quien desde hace un año y medio se encuentra preso.

La Fiscalía descartó que se haya tratado de un secuestro extorsivo, tal como lo solicitaron algunos defensores en base a la llamada que se difundió por los medios de comunicación apenas se halló el cadáver de la nena, ya que "nunca se inició o materializó acción o curso de negociación, entre el grupo que se entiende ha retenido a la niña Candela y su madre o familia". Y agregó que no hubo "ribetes de una acción planificada" ni se observa "un andamiaje logístico importante, que le haya permitido estar a la altura de mantener un estado de cautiverio prolongado".

On Line 911