En el ajedrez, los peones son los que se mueven primero. Los que se exponen. 

Esta metáfora tal vez sirva para explicar por qué la imagen que recorre todos los medios de una mujer con la espalda marcada por las balas de goma en plena plaza Moreno, frente a la Municipalidad de La Plata, nos duele a todos. 

Nos duele y nos preocupa, porque esa mujer que fue en busca de un reclamo genuino, de su fuente laboral que por la indiferencia de la gestión de Pablo Bruera quedó solo supeditada a una Cooperativa y que antes de irse, ni siquiera avanzó en algún diálogo para que pueda conservar su trabajo, terminó tendida en el césped aguardando por una ambulancia.

Ahora bien. Esta mujer es un peón más de un engranaje que posiblemente la exceda y que tiene que ver con el clientelismo político y la  intención  de algunos de no perder los beneficios que lograron conseguir en 8 años de bruerismo.

Los que instigaron la marcha, los que arrojaron piedras, los que atendían llamadas por celular o llegaban en camioneta con packs de agua para todos los manifestantes, esos no estaba delante de las balas.

Esos estaban intentando presionar a un nuevo gobierno a que acepte las reglas de juego que ellos plantean en función de sus intereses. Funcionales a ellos, "hinchas caracterizados" para no herir susceptibilidades de Gimnasia y  Estudiantes que comandaron los disturbios.

Hinchas que tenían contratos municipales, que cumplían funciones en el Municipio como grupo de "aguante" para los actos, las pintadas y por qué no para alguna protesta vecinal que llegara  a las puertas del Municipio. 

En el medio, algunos reclamos genuinos que merecían haber sido escuchados. 

Dicho esto, también el Intendente Julio Garro deberá hacer una autocrítica. Claro estaba que no sería fácil desarmar el "aparato bruerista" pero también es verdad que la forma debería haber sido a la inversa para evitar suspicacias: revisamos contratos, registramos cooperativas y de ahí en más, blanquear listados.

Se podría haber evitado el enfrentamiento? Si , sin dudas. Los funcionarios municipales conocían al igual que todos los que frecuentamos las redes sociales que habría una movilización. 

La salida más simple -incómoda- tal vez hubiera sido emular al ex Gobernador Daniel Scioli quien vallaba toda la zona de la Gobernación. De este modo, se evita que se atente contra el patrimonio municipal y el cruce directo con la Policía que ya sabemos, lejos está de intentar dialogar cuando llueven piedras desde la vereda de enfrente.

Los peones se mueven primero y lamentablemente fueron carne de cañón en un conflicto que o poco tiene que ver con 1000 o 2000 puestos laborales sino más bien con intereses de unos pocos que hoy se quedaron sin nada.

Vanesa Abalos: Editora Región Capital de Cadena BA @cadenaba