Las palabras de la fiscal Cristina Caamaño, titular de la dirección de comunicaciones que tiene a cargo las escuchas judiciales ordenadas por el Estado Nacional, lamentándose públicamente por la derrota electoral del gobierno y criticando que la sociedad que apoyó la estrategia de "la opo", fueron consideradas "lamentables" por el fiscal de La Plata Marcelo Romero, quien consideró que la funcionaria nacional "degrada" el rol del ministerio público.

"Que una magistrada del Ministerio Público, con altísimas responsabilidades de Estado, se exprese públicamente como una militante de colegio secundario, menoscaba la imagen institucional de todos los Fiscales, ya que representamos a la toda la comunidad en los procesos penales, no a un proyecto político", afirmó el instructor penal de La Plata.

Romero consideró que "las declaraciones de la fiscal son lamentables por donde se las mire", ya que "si bien todo ciudadano tiene el derecho a expresar sus ideas políticas, aquellos que elegimos ser magistrados del Poder Judicial o del Ministerio Público, tenemos restricciones auto-impuestas".

"Nadie nos obligó a ser jueces o fiscales. Nadie nos obligó a ser imparciales u objetivos. Nada nos impide renunciar a nuestros cargos, colocarnos alguna pechera e ir a saltar y gritar al Patio de las Palmeras de la Casa Rosada, a la Plaza de Mayo o a dónde sea. Pero si sigue en el poder judicial no puede degradar las instituciones así", agregó Romero.

Cabe recordar que Caamaño, poco después de las elecciones nacionales, escribió al público en su cuenta de Facebook "parece que perdimos" y luego reflexionó: "Tengamos presente que eligieron un candidato procesado, es decir que la consigna de la corpo fue 'afuera este gobierno como sea' y un procesado es más fácil de manejar".

"La fiscal Caamaño ha elegido ser una militante del proyecto o del relato kirchnerista. Habla de la Corpo; de nosotros y de ellos; de autocrítica de 'nuestro' gobierno; etcétera", había dicho Caamaño.

Para finalizar, insistió en que "ha plantado una bandera en una de los lados de la grieta judicial; es una muy triste actitud por parte de alguien que debería convertirse en ejemplo para sus subordinados pero en cambio opta por actuar como una adolescente rebelde".