Golden State Warriors recuperó la memoria y venció a Cleveland Cavaliers por un claro 103-82. El equipo de Oakland logró recuperarse de dos derrotas consecutivas, empató las finales de la NBA en 2 a 2 y recuperó el factor cancha para ahora mudarse a su estadio en busca del quinto punto de la serie. Stephen Curry fue uno de los goleadores del partido con 22 puntos, pero la tarea clave de Andre Iguodala convirtió al alero como la figura del encuentro tras contabilizar 22 unidades y 8 rebotes. En Cavaliers, Timofey Mozgov anotó 28 puntos y LeBron James lo escoltó con 20 tantos y 12 rebotes.

 

Los primeros minutos preveían una continuidad de los anteriores dos partidos, con Cleveland cubriéndole los espacios a Golden State, ofuscando al rival a la hora de atacar y obligándolo a correr desde atrás. Los Cavaliers arrancaron 7-0, pero la visita comenzó a reaccionar en base a una formación pequeña que no tardó en revertir la situación.

 

Aparecieron los triples, con el sello claro de Curry, Barnes y algunas bandejas de Iguodala. Así, en un abrir y cerrar de ojos, Golden State apretó el acelerador y se puso abajo por solo 16-15. La arremetida de los Warriors no cesó, los dirigidos por Kerr empujaron y propusieron un juego de posesiones rápidas, a un ritmo con mucho vértigo que claramente empezó a exponer la debilidad de Cleveland: el desgaste. En ocho minutos de juego, Golden State pasó al frente por 22-20.

 

¿Dónde se vio este déficit? En un claro ejemplo con Dellavedova, que desgastado por los anteriores juegos donde tuvo que acechar a Curry ahora necesitó descanso rápido y los Warriors se soltaron. Cleveland también empezó a bajar su efectividad, mientras que Golden State sí se mantuvo con promedios altos, finalizando el primer parcial con una gran ventaja de 31-24 a favor de los huéspedes.

 

Cleveland empujó con Dellavedova y la presencia de Mozgov, arremetió contra los intentos de Golden State por quebrar y mantuvo cierta brecha de ocho tantos (38-30). Green y Livingston estiraron la ventaja de los Warriors a 44-32, pero el partido recibió un momento de alto impacto con el tremendo golpe que sufrió LeBron (corte en la cabeza por un choque contra una cámara).

 

La salida del Rey no modificó demasiado el marcador independientemente de que en el trámite del juego Golden State controló de forma más notoria. A la franquicia de Oakland no le costó, siguió encontrando respuestas en jugadores como Green y Barnes y con una muy sólida ventaja de 54-42 entró al descanso largo.

 

Cleveland necesitaba de un cambio de chip para revertir tan adversa situación. Si bien la diferencia de puntos no era determinante, la sensación dentro del juego se notó claramente que si los Cavs no lograban detener el envión de Golden State no habría vuelta atrás. Dellavedova fue uno de los que entendió las consignas de Blatten el entretiempo, no tanto desde lo defensivo pero sí desde la verticalidad, encestando dos bombazos para comenzar poco a poco con una reacción (59-48).

 

Al local le costó, pero poco a poco fue limando diferencias con los muy buenos aportes de Mozgov y LeBron. En un abrir y cerrar de ojos Cleveland se encendió y le puso picante al partido, arrimándose a tan solo tres unidades de diferencia (65-62) de la mano de ese gran sprint.

 

Los últimos cinco minutos de ese parcial tuvieron esa misma paridad, James volvió a toda marcha y sostuvo las ilusiones de su equipo hasta el cierre del periodo, aunque un triple de Curry volvió a distanciar a los Warriors a seis unidades (76-70). LeBron, con diez unidades, fue clave en aquel ocaso del parcial pero el MVP de temporada también se mostró mucho más libre y combatió fuego contra fuego.

 

En el inicio del último periodo se empezó a sentir el desgaste final de Cleveland. Golden State no dio tiempo a la reacción rival y clavó un parcial de 12-4, consiguiendo escaparse a un mucho más claro 88-74 y alejándose cada vez más del alcance de Cleveland.

 

Mozgov tuvo un protagonismo único para buscar constantemente la vuelta al marcador y mantener viva la llama de esperanza de los Cavaliers, sin embargo el partido de Iguodala en Golden State fue de excelencia y el aporte que hizo para su equipo fue tan notorio que comenzó a eclipsar las ambiciones de Cleveland.

 

A falta de un minuto para el cierre, Golden State logró la estocada final y despejó todas las dudas: carrera de 9-0 y claro 102-79 para terminar de definir al ganador. El final del partido, ya sin posibilidades de variar la tendencia de la historia, marcó un 103-82 a favor de los Warriors que empardó las finales en un tremendo 2 a 2. Con este panorama, la serie se mudará el próximo domingo a Oakland para el quinto punto de la llave.