La piel artificial está conformada por densas redes de sensores hechos con oro y silicio ultrafinos. Los cientÃficos adaptaron el silicio, que suele ser quebradizo, en forma de serpentina para poder estirarse y asà permitir cierta flexibilidad, según reseñó una publicación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
El artÃculo indicó que si bien los expertos desarrollan materiales elásticos sensitivos, este es el más sensible hasta el momento ya que cuenta con hasta 400 sensores por milÃmetro cuadrado.
Existen extremidades ortopédicas de alta tecnologÃa que permiten a sus dueños controlarlos mediante los nervios, músculos o incluso el cerebro. Pero no existe forma de que el portador sepa si a un objeto lo está abrazando o a punto de escaparse de su control.
"Con estos sensores de alta resolución en todo el dedo, puedes dar la misma sensación táctil que transmitirÃa una mano normal al cerebro", explicó el investigador Roozbeh Ghaffari, quien dirige una "start up" (como se los conoce a los pequeños emprendimientos) que desarrolla en los Estados Unidos dispositivos "vestibles" en base a materiales flexibles con sensores.
Esta nueva piel inteligente resuelve uno de los retos de añadir la sensación a los dispositivos ortopédicos, aunque el mayor problema reside en la creación de conexiones duraderas y robustas con el sistema nervioso humano para que el portador pueda "sentir" de verdad lo que detecta, según el MIT.
El director del proyecto en la Universidad Nacional de Seúl (Corea del Sur), Dae-Hyeong Kim, conectó la piel artificial con el cerebro de una rata y logró medir las reacciones en la corteza cerebral del animal ante estÃmulos sensoriales.
No obstante, este experimento no asegura que el roedor sintiera calor, presión o humedad, ni hasta qué punto. "Para discernir las sensaciones exactas", afirmó Kim, "tenemos que pasar a animales más grandes y ese será nuestro trabajo en el futuro", según citó el MIT.
Recientemente, Tyler y sus colegas equiparon a un hombre que perdió la mano con un sistema de estas caracterÃsticas. El paciente logró controlar su mano mediante una interfaz muscular y unos 20 sensores aplicados en la pieza ortopédica que transmitÃan información sensorial a través del electrodo enlazado a un nervio en el muñón. Esto le permitió saber si habÃa tomado algo blando, como una cereza, e impedir que aplastara la fruta. |