Allí fue rescatada por dos barcos de la Marina estadounidense, que trasladarán la cápsula al Centro Espacial Kennedy, en Florida, para analizar los datos recogidos por más de 1.200 sensores de vuelo y telemetría.

La nave había sido lanzada esta mañana a las 9.05 (hora de Buenos Aires) desde la plataforma 37 de Cabo Cañaveral -a bordo de un cohete Delta IV de la empresa United Launch Alliance (ULA)- un día después de lo previsto, debido a problemas técnicos en el cierre de las válvulas de combustible de los propulsores.

Orión realizó un trayecto de 96.500 kilómetros al orbitar dos veces el planeta, la primera a una distancia similar a la de la Estación Espacial Internacional (unos 380 kilómetros), y la segunda a una distancia casi quince veces mayor (casi 5.800 kilómetros de la superficie).

Esa distancia es la mayor que ha recorrido una nave espacial construida para transportar personas en los últimos 40 años, desde que las misiones Apolo llegaron a la Luna, según aseguró un despacho de la agencia EFE.

Uno de los objetivos de este primer viaje de prueba era el de probar el escudo térmico de la cápsula, que al reingresar en la atmósfera terrestre a una velocidad de 32.000 kilómetros por hora se expuso a una temperatura superior a los 2.200 ºC, además de analizar la radiación a la que podrían estar expuestos los astronautas.

"Los sistemas de la nave espacial funcionaron perfectamente durante toda la misión, incluyendo los dos pasos por los cinturones de radiación de Van Allen", indicó la NASA en su sitio web, en referencia a los anillos cargados de protones y electrones que rodean a la Tierra por influencia de sus polos magnéticos.

"El vuelo de prueba de Orión de hoy es un enorme paso para la NASA y una parte realmente crítica de nuestro trabajo para explorar el espacio profundo en nuestros viajes a Marte", aseguró el director de la NASA, Charles Bolden.

"Los equipos realizaron un trabajo tremendo al poner a Orión en los pasos de su entorno real", agregó Bolden, y destacó el hito que la misión significa para la "exploración humana en los próximos años".

Los datos recogidos durante el vuelo serán analizados por los ingenieros de la agencia espacial para evaluar el rendimiento de Orión y mejorar su diseño, indicó la NASA en un comunicado.

Además del escudo térmico, también se pusieron a prueba el paracaídas, la computadora de abordo, procesos de la separación de la nave y buena parte del sistema crítico para la seguridad de los futuros tripulantes que viajarán a bordo.

Orión está diseñada para transportar a cuatro personas y tiene una forma similar a las naves Apolo (que podía llevar tres astronautas), aunque con cinco metros de diámetro y una masa de unas 22,7 toneladas, supera el tamaño de su predecesora.

El lanzamiento de la nave fue seguido en directo por miles de personas a través del sitio web de la NASA, con las expectativas que genera en Estados Unidos el hecho de contar con un vehículo para misiones tripuladas más allá de la Luna.

Además, la nave es símbolo de una nueva era para el desarrollo espacial de ese país, que después de retirar en 2011 su flota de transbordadores, dependía de las naves rusas Soyuz para mandar a sus astronautas a la Estación Espacial Internacional, a un costo de 70 millones de dólares por viaje.

En la mitología, Orión es un "cazador del inframundo" al que la astronomía le dedicó una constelación que diseña un gigante cuyo cinturón son las estrellas "Tres Marías".