Un día después de conocerse sus polémicas declaraciones calificando de "personas descamisadas, depravadas y abominables" a los homosexuales, el arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, no sólo no pidió disculpas sino que defendió su postura por considerarla "objetiva" contra "lo que es antinatural e injusto".

El funcionario dijo "estar tranquilo" más allá del oficio que decidió abrir en su contra la delegación bonaerense del Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI), ya que la postura de rechazo a la homosexualidad forma parte de lo que "piensa la Iglesia", no obstante lo cual aclaró que eso "no significa que no respetemos a las personas".

Además, renovó las críticas a la ley de matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo que rige en el país.

"La del matrimonio igualitario es una ley injusta en la Argentina, que va en contra del orden natural, no sólo con lo que piensa la Iglesia", sostuvo el prelado.

Aguer puntualizó que con sus dichos está "juzgando objetivamente lo que ocurre en la Argentina, que llama matrimonio a lo que no lo es, lo cual no quiere decir que no respetemos a las personas, sólo que es algo antinatural y por ende injusto".

De esta forma, el arzobispo de la capital provincial amplió sus conceptos discriminatorios, que comenzó tratando de "descamisados y depravados" a los homosexuales y lesbianas.

Para Aguer, "la homosexualidad es una abominación amparada ahora por la ley", por lo cual pidió "rezar por estas personas descaminadas y depravadas" que a su entender están en el camino "errado" de vida por su condición de amar a alguien del mismo sexo.