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Los Álamos calentaron la fría Recoleta con una fogata country CIUDAD EMERGENTE | |||
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Los Álamos son una de las bandas más interesantes que dio la escena indie argentina en los últimos años, al mezclar el country, el rock, el blues, el tex mex, los narcorridos, con las bandas de sonidos que Ennio Morricone compuso para los western spaghetti. El grupo cultivó fans y marcó una estela con discos como "No se menciona la soga en la casa del ahorcado" y "El fino arte de la venganza", donde se mezcla un espíritu desértico, aguerrido, psicodélico y por sobre todo atrapante. Con mucha calma subieron al escenario el vocalista y guitarrista Pedro López, Jonah -el único estadounidense del grupo-, Gavilán en trompeta y acordeón, Pico en bajo, Joaquín Ferrer en batería y Poly en guitarra eléctrica. Los Álamos además presentaron canciones de su nuevo disco "Luces Blancas", que sale a la calle esta semana, y tocaron varias de las canciones incluidas en él que pueden escucharse en el bandcamp del grupo. La formula de los Álamos gira en torno a la amalgama de todos los instrumentos, del notable aporte de Poly con su Telecaster en especial, los momentos en que encendió la noche con su slide. La calma y los arranques furiosos de Peter, siempre acompañado por Jonah que en el ultimo disco ya tomo la eléctrica. La base de Pico y Joaquín Ferrer, es virtuosa, firme, puede sonar como un tren alocado y darle a la banda el paso firme de un sulky, que es lo que necesita la canción en ese momento. Los Álamos no suenan como Garth Brooks y la princesa nazi del country Taylor Swift, sino se vincula más con Johnny Cash, Bob Dylan, Neil Young, The Jayhawks, Ryan Adams, Tom Petty y Drivers By-Tuckers y otros artistas más vinculados a la movida del country alternativo. Pero a su vez no pierden un ápice de argentinidad, cualquier canción de los Alamos puede ser la perfecta banda de sonido para recorrer la ruta 40, el Valle de la Luna, Talampaya, los Valles Calchaquíes, Tilcara y la ruta del Desierto. Las nuevas canciones sonaron más rockeras, con interesantes duelos entre Poly y Jonah en sus eléctricas, mientras que el material antiguo provoco ensoñación, delirio lisérgico y puro fuego en una noche en la que el frío pegaba duro en la terraza del Centro Cultural Recoleta. A lo largo de las canciones otro trompetista se sumó al Gavilán y juntos arreglaron y le pusieron un brillo especial a canciones crudas como "Mala semilla", "La Estampida", la hermosa "Long Sleeve" -con bellos arreglos de armónica y trompeta- y "Walking with Jesus" del grupo Spacemen 3. Fueron alternando composiciones de sus álbumes anteriores con las de "Luces blancas" que los muestran sumergidos en el blues campesino, en el Delta del Mississippi, en un country más sucio a favor de la canción. Las canciones en inglés y en castellano se fueron alternando y esta dualidad ya forma parte del estilo de un grupo que cerró la noche con el notable "Franco Nero Blues" y la hermosa y mántrica "La casa de las dagas", que con su longitud y sus cambios de ritmo, hipnotizó y enloqueció a todo el Recoleta. Las luces quedaron encendidas y el escenario humeaba el vapor del sudor y del ida y vuelta entre la banda y la gente reunida que disfrutó el regreso de Los Álamos. Previamente, el escenario de la Terraza fue ocupado por Los Detonantes, un joven grupo rockero, que presentó canciones de su primer álbum que los muestra cerca de un brit pop moderno y eléctrico como el de Muse, pero también meterse en el glam rock, la new wave y hasta el punk. El grupo está integrado por Joaquín Carámbula en voz y guitarra, Mateo Sujatovich en guitarra y coros, Juan Manuel Colonna en batería y Juani Agüero en bajo. Estos chicos, junto a otras bandas como Cállate Mark, Older Sister, Pilotos e Intrépidos Navegantes, integran una verdadera renovación, no solo por su sonido sino por cuestiones cronológicas, ya que ninguno supera los 23 años. La banda logra un buen sonido en vivo, tiene canciones cargadas de arrogancia, estilo, y actitud, esenciales en el rock, allí anda Carámbula con su Gibson Flying V, en homenaje a su admirado Michael Schenker -guitarrista de UFO-, sus leggins de cuero y su campera, provocando a la gente. El grupo decidió ayer adquirir una look bien new wave, de hecho parecían los Blondie hace más de 30 años, y sonaron muy bien tocando canciones como "Afuera no hay", Seguir", "La sopa no suena como antes y el hit "Tirando poderes", que tuvo una gran recepción en la gente. Un rato más tarde tocaron los jóvenes de Pilotos, una banda de rock mod, que tiene como esencia los primeros discos de los Rolling Stones, The Who y de los Faces, con muy buen gusto y buena interpretación. Esta joven banda, que elude cualquier parentesco con la movida Stone argentina, peló muy buenos riffs y mostró un crecimiento y una madurez en su sonido, que se percibió en las canciones que piensa incluir en el segundo disco que ya están grabando. |