Siete testigos fueron citados a declarar hoy en el juicio por el encubrimiento del crimen de MarÃa Marta GarcÃa Belsunce ante un Tribunal Oral Criminal N° 1 de San Isidro que también definirá si da más tiempo a Juan Hurtig, hermano de la vÃctima, para que complete su declaración indagatoria.
El imputado Juan Hurtig, a quien la familla llama en inglés John, puede pedir en la audiencia que se iniciará a las 9 ampliar la exposición que habÃa comenzado el martes anterior y que fue suspendida a pedido de su defensa hasta después de la visita ocular a la casa del country bonaerense El Carmel, donde en 2002 fue perpetrado el crimen.
En tanto, entre los testigos convocados por la justicia para la reanudación del juicio figura Catalina Vargas, la mucama del cuñado de GarcÃa Belsunce, Guillermo Bártoli, otro de los imputados en esta causa.
El relato de la empleada doméstica fue una de las principales piezas que usó el fiscal instructor del caso, Diego Molina Pico, para desbaratar la coartada del viudo Carlos Carrascosa, condenado por el homicidio.
También fueron citados a prestar testimonio los guardias del country Ramón Acosta y VÃctor Hugo Contrera, Teresa Castagna y Arturo Benito Campos, que eran empleados domésticos de Sergio Binello, otro vecino del country acusado de haberle pedido al presidente del complejo, Alberto White, que coimeara a los policÃas que quisieran entrar al predio durante el velatorio de MarÃa Marta GarcÃa Belsunce.
Otros habitués de El Carmel como Jorge GarcÃa Zavaleta, quien vio jugar al tenis a GarcÃa Belsunce con su amiga Viviana Binello la tarde del domingo 27 de octubre de 2002, y Delfina Figueroa, novia del joven estudiante de medicina Diego Piazza, tendrán que volver a declarar ante la justicia como testigos.
De todos ellos, quizás el testimonio más comprometedor pueda ser el de Catalina Vargas, la empleada de la casa que en el mismo barrio cerrado tenÃan Bártoli y la hermana de GarcÃa Belsunce, Irene Hurtig.
El testimonio de Vargas complicó la situación de Carrascosa en el juicio anterior, dado que la mujer aseguró que sirvió el café a la familia y a sus invitados en la tarde del crimen y, bajo juramento, dijo que a las 18 de aquel domingo se dirigió desde la cocina al living de la casa, pero ya no habÃa nadie.
A esa hora, sin embargo, Carrascosa y Bártoli aseguraron que seguÃan frente a la televisión mirando un partido de fútbol.
Según los expedientes judiciales, al mediodÃa GarcÃa Belsunce y su esposo habÃan almorzado en casa de los Binello, tras lo cual la mujer fue a jugar un partido de tenis con la anfitriona y Carrascosa fue a la casa de los Bártoli para seguir el partido entre Boca y River, club del cual es simpatizante.
GarcÃa Belsunce pasó unos minutos por esa casa para saludar a la familia y siguió camino a su chalet para recibir al caer la tarde a su masajista Beatriz Michelini.
Precisamente, la defensa de la masajista habÃa pedido al tribunal hacer uso de la palabra por lo que se espera que esta semana Michelini amplÃe su testimonio original.
La nueva ronda de testigos fue dispuesta por los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro MarÃa Elena Márquez, Alberto Ortolani y Ariel Introzzi Truglia, a pedido de la fiscal Laura Zyseskind.
La fiscal habÃa consultado dÃas atrás a cuántas personas podÃa convocar en el dÃa para declarar como testigos y la jueza Márquez le respondió: "El juicio tiene vida propia".
"El tribunal no puede calcular el tiempo" que demandarán sus exposiciones, acotó la jueza.
AN