El Papa Francisco presidió su segundo Vía Crucis en el Coliseo Romano
15-08-2025
18-04-2014 | "Enséñanos que el mal no tendrá la última palabra, sino el amor, la misericordia y el perdón"
El Papa Francisco presidi贸 su segundo V铆a Crucis en el Coliseo Romano
En el Coliseo Romano, ante 40.000 personas, el Papa Francisco encabez贸 el Via Crucis y entre otras cosas, expres贸 "gu铆anos Jes煤s de la cruz a la resurrecci贸n. Ens茅帽anos que el mal no tendr谩 la 煤ltima palabra, sino el amor, la misericordia y el perd贸n".
El Papa Francisco presidi贸 su segundo V铆a Crucis, desde su asunci贸n en marzo del a帽o pasado, del que participaron al menos 40.000 personas en el Coliseo Romano, donde pronunci贸 un breve discurso en el que pidi贸 recordar a "las personas abandonadas".


"Gu铆anos Jes煤s de la cruz a la resurrecci贸n. Ens茅帽anos que el mal no tendr谩 la 煤ltima palabra, sino el amor, la misericordia y el perd贸n. Recordemos a los enfermos, a las personas abandonadas para que encuentren bajo la cruz la fuerza de la esperanza", proclam贸 Bergoglio en un discurso de apenas cuatro minutos -que no estaba previsto-, reproducido por la agencia de noticias EFE.

Con la se帽al de la cruz, seguida de la introducci贸n le铆da a trav茅s de un altavoz, el sumo pont铆fice, que visti贸 una bata blanca, dio inicio al rito tradicional del Viernes Santo en la liturgia cristiana.

El Via Crucis rememora el camino de Cristo hacia su crucifixi贸n y se desarrolla en el c茅lebre Anfiteatro Flavio desde la d茅cada de 1970 por deseo de Pablo VI, que recuper贸 esta tradici贸n que data del medievo y que fue abandonada con el paso del tiempo.

En la ceremonia, la cruz, portada por diferentes personas que se la van cambiando de manos, recorre el Coliseo, del que sale para pasar frente al Arco de Trajano y para llegar, finalmente, al Palatino, donde la espera el papa.

En ese recorrido, la cruz se detiene en catorce ocasiones para leer las meditaciones, que narran el camino de Cristo hacia su muerte y que este a帽o, Francisco encarg贸 a monse帽or Giancarlo Maria Bregantini, quien le dio un marcado cariz social, como el hecho de que los encargados de portar la cruz fueron inmigrantes, adictos, personas en situaci贸n de calle, enfermos y ni帽os.

As铆 Bregantini, pidi贸 que se acepte "la fragilidad de los otros" y tambi茅n "que no haya indiferencia hacia los ca铆dos".

Es necesario "no cerrar la puerta a quien golpea la de nuestras casas, pidiendo asilo, dignidad y patria", destac贸 en su rezo, al que sum贸: "Conscientes de nuestra fragilidad, aceptaremos la fragilidad del inmigrante", asever贸.

Los textos tambi茅n se refirieron al dolor "de todas las madres por sus hijos lejos", por los "j贸venes condenados a muerte, asesinados o que partieron para la guerra, especialmente los ni帽os soldados".

En sus meditaciones, Bregantini tambi茅n hizo referencia a las v铆ctimas de violencia de g茅nero."Lloramos por aquellos hombres que descargan sobre las mujeres la violencia que tienen dentro. Lloramos por las mujeres esclavizadas por el miedo y la explotaci贸n", consider贸.

"Pero no alcanza s贸lo con golpearse el pecho y con sentir compasi贸n. Jes煤s es m谩s exigente. Las mujeres deben estar tranquilas, deben ser amadas como un don inviolable para toda la humanidad", asever贸.

En las meditaciones, Bregantini dedic贸 la novena estaci贸n a los enfermos y la d茅cima a los ni帽os cuya dignidad es "violada" en ocasiones y a quienes se les reconoce, seg煤n el purpurado, en el Jes煤s torturado.

Luego la cruz lleg贸 de manos del vicario de Roma, Agostino Vallini, que se la present贸 al Papa, que la esperaba sentado, rezando y ataviado con un largo abrigo blanco.

Antes, el papa argentino presidi贸 en la Bas铆lica de San Pedro la ceremonia de la Pasi贸n de Cristo sin pronunciar catequesis alguna.

Ma帽ana presidir谩 la Vigilia pascual, uno de los actos principales de la celebraci贸n de la Semana Santa y previo al Domingo de Resurrecci贸n.