Con una fuerte victimización y amplificación mediática por las agresiones sufridas por el Frente Renovador en su recorrida por La Matanza, cuando un grupo de personas comenzaron a agredir su caravana con piedras y palazos; fue el Gobernador bonaerense quien con contundencia y claridad, repudió los hechos y salió a solidarizarse con los candidatos de esa fuerza pero recordó los episodios que los militantes del oficialismo, en tierras no gobernadas por el Frente para el Victoria, también padecieron en los últimos meses sin el mismo interés que ahora.

"Rechazo todo tipo de violencia, lo que le puedan hacer a un candidato o a sectores del propio oficialismo en territorios no gobernados por el oficialismo", sentenció Scioli con firmeza.

Lo que omiten decir quienes sólo quieren victimizar con fines electorales a Sergio Massa es que si bien la escaramuza comienza con participación de militantes de base del Frente para la Victoria de La Matanza, existe otro condimento que nadie relata: las internas dentro del propio massismo. Dicen personas conocedoras de esos terruños, pero que nada tienen que ver con ninguno de los partidos políticos en disputa, que luego de la participación de los militantes del oficialismo local, la gresca más importante fue producto del enfrentamiento entre personas que responden a Miguel Saredi y quienes responden a "Toto" Delgado, ambos dirigentes del massismo de La Matanza.

"También pido que candidatos del oficialismo y otras fuerzas en distritos que no son Gobierno puedan hacer la campaña en un marco de tranquilidad y seguridad", subrayó Daniel Scioli, además de recordar los hechos de violencia que tuvieron lugar en Hurlingham y Malvinas Argentinas -donde comandan Luis Acuña y Jesús Cariglino respectivamente-, no una sino repetidas veces, prueba de que la violencia irradiada desde las administraciones locales no es aislada sino estructural, una marca registrada, según consignó el portal de noticias Buenosaires2punto0.com.ar.

Por otro lado, CadenaBA, también encontró gestos y actitudes patoteriles y de violencia, en Olavarría, que tiene como alcalde a José Eseverri, un radical de "derechas", socio del platense Juan amondaraín en cuestiones que "van más allá de la política", según señalan fuentes confiables en los pasillos de la Legislatura provincial. Eseverri, también apela a "la patota" para amedrentar opositores y a cuidadanos interesados en las problemáticas de la ciudad.

   

Hurlingham

El ejemplo más cabal del modus operandi acuñista tuvo lugar a mediados de julio cuando una patota asociada al Intendente local reprimió a vecinos que reclamaban un predio en la calle Gorriti para edificar y luego invirtió los hechos haciéndolos pasar a ellos como los violentos y atribuyendo todo a una supuesta maniobra por parte de "agrupaciones kirchneristas", como leía un comunicado emitido por la Municipalidad.

La verdad cayó por peso propio y las imágenes tomadas por los mismos vecinos dejaron en claro que los episodios de violencia, frente a la sede municipal, fueron provocados por el sector del Jefe comunal y no los manifestantes.

Desde el municipio no discriminan: la violencia política no cae cual látigo sólo sobre los sectores más humildes, sino que también la vivieron en carne propia la máxima investidura de la provincia, Daniel Scioli (en cuyo espacio trató de recostarse Acuña sin fortuna durante 2012 para luego recalar en el massismo) y el secretario administrativo del Senado de la Nación, Juan Zabaleta, candidato oficialista a concejal.

Con total impunidad, el Barón del Conurbano oeste ordenó a sus punteros poblar las calles del distrito con pintadas ofensivas contra el Mandatario provincial, con descalificaciones como "vago y mentiroso". Una tarea encomendada al mismo equipo de pintadas encargado de carteles promocionales del propio Luis Acuña y que vestían camisetas con la consigna del alcalde en ese mismo momento.

Eso era en el mismo momento en que el propio Daniel Scioli visitaba Hurlingham para una comida con "Juanchi" Zabaleta en el club deportivo de Villa Tesei junto a unos 1.000 jubilados y donde apoyó explícitamente su postulación.

A fines de agosto, la saga continuó con una visita intimidatoria que Acuña hizo a la calle donde vive Zabaleta, que atestiguaron los propios vecinos de la zona, atónitos ante la presencia del alcalde. Un claro mensaje mafioso para el funcionario de la Cámara Alta, en este caso posterior a las primarias, que no fueron fructíferas para el Jefe comunal, aun con el arrastre massista en la Primera Sección.

Sumado a esto, la ya clásica costumbre del Intendente de armar causas a los dirigentes políticos opositores gracias a la participación de sus funcionarios judiciales amigos en los Tribunales de Morón.

Malvinas Argentinas

También a mediados de julio, un grupo de jóvenes alineados con el kirchnerismo -y por lo tanto opositores a la gestión local- repartían volantes y material de campaña en el barrio Textil de Los Polvorines cuando unos cuatro desconocidos, ligados a Jesús Cariglino, bajaron de un Peugeot y golpearon a dos de ellos.

Fueron tumbados y ahí comenzaron a recibir patadas, que causaron heridas leves. Alcanzaron a huir del lugar y refugiarse en el local partidario del oficialismo ubicado en esa zona, salvándose de una golpiza mayor. "Es una patota que mandó Cariglino, sin ninguna duda. Así funciona en Malvinas", reflexionó el postulante local Rodolfo Tailhade, primero en la nómina del Frente para la Victoria.

Un ataque similar había padecido, en 2011, el entonces candidato a intendente local, Luis Vivona.

Y ni hablar de las familias de víctimas a causa de mala praxis local, un muestrario del calvario que impera en esos dominios, signado por el doble castigo: el que propina la impericia y corrupción de un sistema sanitario que asesinó a decenas de personas y arruinó la vida literalmente a otro centenar, y el que luego reprime para callar los cuestionamientos. Eso vivieron, por caso, los parientes de Celeste Morales -una pequeña de sólo 8 años que entró al Hospital Claudio Zin para una cirugía menor y salió muerta del nosocomio en junio de 2012- como también sus amigos y vecinos durante una protesta que organizaron en la puerta del centro asistencial, salvajemente reprimida por los patoteros del cariglinismo, ante la cómplice mirada de la Policía Comunal.

Oscar Bugliolo, padre de una mujer que murió en Pablo Nogués al concebir y líder de los familiares indignados, sufrió el terror del faraón malvinense: amenazas tanto a él como a sus otros hijos, intentos de secuestro y soborno, tiroteos y otras acciones intimidatorias son algunas de las consecuencias que afrontó por ponerse en contra al Intendente.

María Claudia Ledesma, quien también perdió a su hija (una criatura de sólo 6 meses), viene de recibir incontables amenazas y hostigamientos en meses recientes.

En San Fernando y Almirante Brown

A Luis Andreotti, alcalde de San Fernando y massista de la primera hora, lo acusaron por "espionaje político" desde el Frente Progresista Cívico y Social a fines de julio último.

"Todo el sistema de seguridad del municipio está puesto a disposición del espionaje político, en vez de utilizarse para garantizar la seguridad de los ciudadanos", denunció la candidata a diputada nacional de esa fuerza y hermana del dirigente radical Federico Storani, María Luisa Storani, y sostenía que el massismo es "puro autoritarismo".

Hace apenas una semana, trabajadores del Programa Envión de Almirante Brown, por otra parte, arremetieron contra el giustozzismo por empujones, amenazas e insultos recibidos por parte de una funcionaria local, en presencia de menores.

Olavarría

En 12 del corriente, el Concejo Deliberante por pedido de la oposición interpeló al intendente José Eseverri. La interpelación fue para determinar responsabilidades sobre la colocación de un limitador de altura sobre el puente de la avenida Sarmiento, cuyo desmoronamiento a raíz de haber sido impactado por una camioneta el 31 de julio de 2012, le provocó la muerte a un joven de 22 años, que circulaba como acompañante, y graves heridas al conductor del vehículo.

Ese día, una patota que llego tres horas antes que comenzara la sesión no permitió que ni siquieran entraran los familiares de las victimas, muchachosnes "grossos" se pararon en la puerta de entrada del recinto negándole el ingreso también a periodistas y miembros de Ong's mientras los empujaban, se les reían y les cerraban la puerta en en la cara.

Por otro lado, militantes del eseverrismo que estaban adentro del recinto lo recibieron y lo despidieron con el cantito "palo, palo, palo bonito, palo es, estamos con José", sin importante ni a Eseverri, ni a su ladera, la Presidenta del Concejo que se estaba tratando "un accidente por negligencia municipal término con la vida de un joven".

"No está mal que los militantes lo hayan acompañado. Pero también se rodeó de las patotas sindicales. Tampoco nos sorprendió demasiado porque sabíamos que desde los días previos estaban invitando a todo el mundo. No sólo a empleados municipales y funcionarios. Llamaron hasta gente que ya se jubiló y apelaron a la vieja militancia, a aquella más vinculada a la gestión de Eseverri padre" contó Florencia Juárez concejal del Frente para la Victoria, quién además indicó "es una forma que caracteriza al eseverrismo. Ese aire de superioridad, de encerrarse en sí mismos y hasta la estrategia del Intendente de sentarse de espaldas a los concejales, en una actitud de claro desprecio".  

En el Tigre de Sergio Massa

Pero el hablar de la represión y el autoritarismo massista no hace falta irse a tierras tan lejanas sino que en el mismo epicentro fundacional del Frente Renovador, Tigre, hay centenares de ejemplos de la utilización del sistema municipal de seguridad con fines de represión y control político y social. Dirigentes opositores relatan que no pueden realizar una reunión política sin que aparezca la policía municipal con alguna excusa, pateando la puerta; vecinos de Villa Garrote relatan cómo si osan exhibirse en lugares turísticos son inmediatamente interceptados por el COT (Centro Operaciones Tigre), e incluso en oportunidad de desarrollarse una gran manifestación de decenas de barrios de Tigre frente a la Municipalidad, los vecinos que se trasladaban hacia el lugar elegido para manifestarse fueron interceptados por la policía municipal y obligados a descender de los micros con el fin de desactivar la movilización, por citar sólo algunos casos.

La apertura y tolerancia de esta "nueva política" pareciera ser una máscara más que sólo se mantiene en pie gracias a la enorme protección mediática de la que goza Sergio Massa, indicó Buenosaires2punto0.com.ar.