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29-05-2013 | Torneo Final | |||
Federico Delbonis y Guido Pella: dos alegrÃas argentinas en Roland Garros | |||
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Brazos arriba, sonrisa plena, mirada hacia Gustavo Tavernini, su entrenador desde hace 12 años. La cancha número 4 terminó siendo casi como una suerte de tribuna Bullrich del Buenos Aires. El "Grande Fede" se repetÃa de boca en boca. Y Delbonis no podÃa dejar de saludar. Ni de firmar autógrafos y sacar fotos en el viaje al vestuario. Tres horas más tarde, a las 21, en la cancha de al lado, la número 5, otros brazos, pero abiertos, para festejar con la mirada con sus coaches, Fabián Blengino y Juan Pablo Gándara. El "Vamos Guido" que resuena. Los aplausos. Pella terminaba una batalla de cinco sets y 12-10. Con un premio adicional para lo que viene. Son los chicos argentinos que, como un calco de lo que fue el dÃa en ParÃs, atravesaron la tormenta en la que estaba inmerso el tenis masculino argentino para concretar las dos primeras victorias en Roland Garros . Un sol que estaba haciendo falta. Aunque lo que ellos vivÃan era más que especial: el primer triunfo en un Grand Slam. Nada menos.
Un approach distinto para cada uno. Veamos. La eliminación en la qualy del ATP 250 de Düsseldorf obligó a modificar los planes y a adelantar la llegada a ParÃs de Delbonis, de 22 años. El departamento en Adagio, desde una semana antes del comienzo de Roland Garros, fue el remanso para Delbo, cuyo corazón empezaba a palpitar fuerte porque se avecinaba su debut en un Grand Slam. En "su" Grand Slam, el que siempre soñó desde chico en Azul. Junto con Gustavo y su señora, Graciela, más un constante contacto familiar, alrededor de Fede fue construyéndose un ambiente positivo, incluso con amigos que viven en Europa. Y de compartir vivencias, pasarlo bien, aflojar tensiones. Con otros chicos y compañeros de viajes, como Oliva, Trungelliti, Bagnis. Tiempos para cocinar y degustar buenos platos caseros, como si estuviera en casa, ahora más que nunca, toda vez que resolvió volver a instalarse en el paÃs, en su ciudad y Buenos Aires, y dejar el centro de operaciones en Barcelona, como probó en un momento.
Hasta que llegó el dÃa, no sin antes seguirle cargándole situaciones que aumentaran la cuota de estrés natural que ya tenÃa. "Me hubiera gustado que debutara antes, pero es lo que hay. Y después, encima, cuando mejor estaba jugando, volvió la lluvia. Pero, por suerte, salió todo bien. La victoria le va a hacer bien, para despojarse un poco de las tensiones lógicas que tenÃa", cuenta Tavernini. En un partido interrumpido en el 1-0 del tercer set, Delbonis (125°) superó al alemán Julian Reister (151°), proveniente de la clasificación, por 6-7 (2), 6-0, 6-1 y 6-4. Su próximo adversario será el experimentado ruso Mikhail Youzhny (29°).
Cuentan que esas tensiones lo acompañaron en lapsos del partido. La verdad, lo disimuló bastante bien. Se le escapó por poco el primer set y después se vio lo mejor de su tenis. La zurda que oficiaba como un látigo, fuera en paralelo o invertida, fue un tormento para el alemán. No especula, va al frente, a dos o tres pelotas. A veces con ansiedad, pero no regula. ¿Le servirá eso siempre? No, aunque él da pistas del porqué de su estilo: "Soy grande [1,90 metro, 85 kilos], mi fÃsico no da para correr en cinco sets. Trato de ser agresivo y de definir rápido los puntos. Es lo que más me conviene, es mi estrategia".
A Federico, ¿le pesaba salir a la cancha luego de las derrotas de los otros varones argentinos? "Para nada. La verdad, vine a disfrutar de mi primer Roland Garros, ganando o perdiendo. Estoy contento por mÃ, por la gente que me sigue, y feliz por darle una alegrÃa al tenis argentino. Pero este triunfo no me cambia nada. Voy a seguir siendo el mismo. Sà tengo que conseguir mayor regularidad, ser parejo cualquiera sea el torneo que juegue."
A Pella, 83° y de 23 años, le fue más que bien en Düsseldorf: llegó a las semifinales, en las que cayó con Pico Mónaco, pero en el camino derrotó a Janko Tipsarevic, 12° del mundo. Le faltaba darse el gusto de ganar en un Grand Slam. Tanto en el US Open 2012 como el Australia 2013 se habÃa despedido en el debut; y en Roland Garros no pudo pasar la clasificación hace un año. Para la mayorÃa, es el jugador de la nueva camada que más cerca está de consolidarse. Y, de alguna manera, lo confirmó ayer, cuando jugó el partido más largo de su vida para vencer al croata Ivan Dodig (50°) por 4-6, 6-4, 6-3, 2-6 y 12-10, en 3h5m. Llegó a estar set abajo y 0-4 en el segundo. Una reacción más que positiva.
Satisfacción por partida doble porque. lo espera Novak Djokovic, el N° 1. En la central o, a lo sumo, en la Suzanne Lenglen. Y ser visto por todo el mundo. "Tremenda experiencia será. Sé que para ganarle se tienen que conjugar cosas: que ellos, los mejores, no tengan un buen dÃa y que uno esté brillante. Si no, es imposible. No puedo pensar en tácticas. Ahora estoy cansado, y aprovecharé mañana para tratar de mejorar cosas que no me salieron en este partido. Ver que pude jugar cinco sets fue bueno para mÃ. Lo mismo que lo que hice en Düsseldorf. Alcanzar mi primera semifinal, vencer a un top, sirve para corroborar los avances", dice el bahiense Pella, que muestra claridad conceptual.
Claro que, como dijo, Nole es especial. Tanto que media hora después de su duro partido con el belga Goffin ya tenÃa datos en el procesador. "¿Qué sé de Guido Pella? Que es un gran jugador de clay, que viene de vencer a mi compañero Tipsarevic y esos triunfos te animan, que ganó recién un partido maratónico. Y estos jugadores, en las primeras ruedas de un Grand Slam, no tienen nada que perder. Asà que tendré que hacer mi juego, como siempre". Por algo es Djokovic, ¿no?
zeballos, por la mitad
Horacio Zeballos, el otro argentino del dÃa, no pudo completar su partido con el canadiense Vasek Pospisil por falta de luz. El marplatense ganó 7-6 (9) y 6-4, perdió 6-7 (4) y caÃa 1-4 en el cuarto. El match continuará hoy.
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