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08-11-2012 | Un crimen "por placer" | |||
Confirmaron la perpetua para el asesino de Sandra Ayala Gamboa | |||
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El Tribunal Oral Criminal V de La Plata dio a conocer esta tarde los fundamentos de la sentencia que recayó sobre Diego CadÃcamo, alias "El sátiro de niñeras", y confirmó la prisión perpetua por el crimen de Sandra Ayala Gamboa y la violación de otras siete jovencitas, a las que engañaba con la promesa de un trabajo bien remunerado.
El viernes 2 de noviembre pasado se supo que CadÃcamo recibirá una pena de prisión perpetua. La fiscal de Juicio Maribel Furnus habÃa pedido en su alegato una condena por violaciones reiteradas y homicidio doblemente calificado por alevosÃa (matar sobre seguro por la indefensión de la vÃctima) y por placer, pero los magistrados entendieron que se trató de un caso de homicidio criminis causae (matar para lograr la impunidad u ocultar otro delito, en este caso en intento de violación de la joven peruana).
La sentencia fue unánime. El voto fue de Carmena Palacios Arias al que adhirieron sus pares Horacio Nardo e Isabel Martiarena de Bogliano. Además los jueces aplicaron por mayorÃa la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado. Las dos juezas hicieron lugar al encierro permanente del violador. El juez Nardo se opuso.
Según publicó Diagonales.com, tras finalizar la audiencia la fiscal Furnus dijo estar "decepcionada" por la calificación legal que determinaron los jueces. "Creemos que las agravantes solicitadas eran las correctas", pero sostuvo que está "conforme" con la pena aplicada y la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, lo que implicarÃa que CadÃcamo cumplirá la totalidad de la pena (25 años) tras las rejas, sin poder acceder a ningún beneficio de libertad anticipada.
La fiscal habÃa pedido la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, ya que se trata de un violador serial irrecuperable, según el dictamen de peritos psiquiatras, quienes calificaron al acusado como "la mente más siniestra" con la que se encontraron "en más de treinta años de experiencia".
CadÃcamo aún tiene cuentas pendientes con la ley ya que el próximo año será juzgado en la provincia de Misiones por varios casos de violaciones y tres intentos de femicidios, situación que avizora una larguÃsima estadÃa del condenado tras las rejas.
Los jueces también enviaron un pedido a la SubsecretarÃa de Derechos Humanos de las personas privadas de su libertad, dependiente de la Suprema Corte bonaerense, para que desde allà se busquen e implementen nuevos tratamientos médicos para los violadores seriales.
El juicio. Según se ventiló en las audiencias, en la mayorÃa de los casos el engaño del abusador comenzaba con una supuesta cita laboral. Aseguraba necesitar una niñera urgente para que cuide a sus hijos. Para ello se valÃa de la inocencia de jóvenes mujeres que necesitaban un trabajo. OfrecÃa buena remuneración para los valores que se manejaban entonces en trabajos por hora en casas de familia.
Las vÃctimas llegaban puntuales a la cita, pero les esperaba lo peor. Las metÃa en baldÃos o casas deshabitadas, las ataba y violaba en reiteradas ocasiones. No importaba nada, solo la humillación del ultraje.
El primero de los ataques se registró el 13 de octubre de 2005. El último el 18 de abril de 2007. Los investigadores estaban desconcertados. Todos los meses recibÃan varias denuncias por violaciones. En todos los casos se hablaba que el sospechoso se manejaba en una bicicleta de color "rojo" o "anaranjada".
Los estudios de ADN comenzaron a echar claridad sobre las investigaciones. Dos patrones genéticos masculinos se repetÃan en las denuncias. Uno pertenece a Emanuel Perandones Pérez, "el sátiro de la bicicleta roja" que fue condenado a 49 años de prisión. El otro es del albañil CadÃcamo, quien estuvo prófugo hasta el año 2010.
Sandra Ayala Gamboa querÃa ser médica. En el año 2005 abandonó Perú y se radicó en La Plata donde se habÃa anotado en la facultad de Ciencias Médicas. La economÃa apuraba y necesitaba trabajar. En febrero de 2006, antes de volver a su tierra, decidió buscar ese trabajo con el que se pudiera solventar su estadÃa a miles de kilómetros de su madre.
El 16 de febrero de aquel año dejó una nota a su pareja: "Amor, me fui a ver un trabajo". Nunca más regresó. Nueve dÃas después su cadáver desnudo fue encontrado en avanzado estado de putrefacción. La autopsia fue concluyente: habÃa sido golpeada, violada y estrangulada con su remera.
Los forenses no encontraron restos genéticos masculinos en el cuerpo de la vÃctima. El calor y las bacterias degradaron cualquier muestra que lleve al asesino. Pero no existe el crimen perfecto. Una colilla de cigarrillos con ADN de CadÃcamo fue encontrado en la luctuosa escena.
El sospechoso llegó a juicio acusado de violación y homicidio simple, pero la Fiscal mantuvo la acusación por el abuso sexual y agravó el crimen a homicidio calificado por alevosÃa (aprovecharse de la indefensión de la vÃctima) y placer.
"(Diego) CadÃcamo mató por placer, no es un accidente, es una escala ascendente del goce perverso que él lleva adelante". Asà uno de los peritos que analizó al acusado de violar y matar a Sandra Ayala Gamboa , ilustró a los jueces sobre la personalidad del acusado.
Los psiquiatras Pablo Forte y Jorge Castillo fueron los peritos que entrevistaron a CadÃcamo. Sus conclusiones fueron lapidarias para la defensa ya que CadÃcamo presenta un "cuadro irreversible". Para los expertos "poco se puede hacer, no hay ningún tratamiento efectivo. No hay más que la Ley y el encierro".
Castillo describió al acusado como "un gran mentiroso que miente con gran habilidad pero burdamente, llega al extremo de decir que tiene un hermano gemelo perdido en la selva de Brasil", al que apunta como el culpable de los ataques sexuales y el crimen de la joven peruana.
Para el perito se está en presencia de un "psicópata, insensible, manipulador" de un "predador que busca vÃctimas fácil de atacar" y que posee una "sexualidad en base a fantasÃas sádicas" que "goza con el dominio de las vÃctimas, el temor de las vÃctimas es su objetivo principal".
En la investigación se dio por acreditado que la mayorÃa de las vÃctimas fueron violadas analmente. Para los peritos esa particularidad demuestra una "sexualidad violenta, cruel, humillante, degradante, que busca destruir, busca lastimar" a las mujeres atacadas.
Sobre el trágico final de Sandra, Castillo aseguró que "la muerte le proporciona una excitación mayor, goza matando en medio del dolor" de la vÃctima. "CadÃcamo es uno de los más sádicos que hemos encontrado en la historia forense". El acusado "no mata porque la vÃctima se resistió, con esto (la muerte) alcanza una situación extrema de goce sexual y omnipotencia, se cree Dios".
Por su parte las peritos psicólogas aseguraron que el acusado es "imputable" ya que "entiende la gravedad de los actos", que "goza" con los ataques sexuales y "no siente culpa". Para las forenses se trata de un "perverso" que posee un "grado severo de trastorno de narcicismo".
Como agravantes de la pena la fiscal valoró la violencia desplegada en cada ataque, la extensión del daño causado a las vÃctimas, la premeditación desplegada similar a la de "un cazador en un coto" y pidió como condena la pena de prisión perpetua, que pague los gastos del proceso y que se aplique la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, ya que existe riesgo de reincidencia.
No existen muchos antecedentes de condenas dictadas el delito de matar por placer. La referencia más conocida es la de Santos Godino, conocido en la historia criminal criolla como "petiso orejudo", el primero de los asesinos seriales de Argentina.
El otro caso es el de MartÃn RÃos, conocido como "el tirador de Belgrano", pero fue declarado inimputable.
WZ
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