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23-09-2012 | Panorama político bonaerense | |||
La Provincia: "Presupuesto: sorpresas y estrategia" | |||
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TodavÃa escaldado por la crisis de mediados de año, Daniel Scioli está a las puertas de avanzar con iniciativas clave, que dan pistas sobre cómo imagina su futuro polÃtico inmediato: los proyectos de presupuesto y ley impositiva 2013, que vienen siendo anunciados en medio de advertencias de fuerte "austeridad" y serán tratados por una Legislatura donde ahora la oposición podrÃa ejercer un inédito poder de veto. Aunque los proyectos serán remitidos a mediados de esta semana y, por lo tanto, aún son pasibles de rediseños, altas fuentes del Gobierno adelantaron a DIB algunos lineamientos: el más sorprendente, es la previsión de déficit de $3.500 millones, que baja a la mitad el del año pasado (de 6.600 millones) y está muy por debajo del rojo de $8.500 millones que proyecta para este año (y que la oposición estira a por lo menos $10 mil millones) Aún considerando que en Argentina los presupuestos suelen tener un valor meramente aproximativo, el optimismo del Ejecutivo es notable: la previsión -si es que se confirma- es formulada por un Gobierno que tuvo que desdoblar el pago de aguinaldos, que afronta todas las semanas protestas de algún sector del empleo público o de los proveedores de Estado derivadas de la estrechez financiera. Es cierto que ese déficit no incluye el costo del inevitable aumento a los empleados públicos, un rubro que este año se llevó $ 12 mil millones. Tampoco hay precisiones sobre la cuestión impositiva, más allá del hecho de que se incluirán cobros extra para lo que resta del año (adelanto de Ingresos Brutos, cuotas extra en Automotores e Inmobiliario). Aunque sà se dejó trascender que habrá "retoques" en los tres tributos -más Sellos- para 2013. Cuando descartan "impuestazos" -aunque admiten que el revalúo para countries impactará fuete-, las fuentes los operadores de Scioli enfatizan que medida contra el PBI, la presión fiscal bonaerense es la más alta del paÃs: algo más de 5 puntos. Hay que completar el razonamiento con otros tres datos: ellos mismos anticipan bajas del déficit y sostienen un pedido de endeudamiento similar al de este año (entre $11 y 12 mil millones). A contraluz, el esquema conduce directo a una restricción fuerte de los gastos destinado al funcionamiento concreto de los ministerios (que no bajará nominalmente, pero difÃcilmente acompañen a la inflación real), combinado con un aumento muy moderado de los sueldos públicos y un funcionamiento primermundista de Arba: eso, en un año electoral, cuando normalmente las dos primeras variables se expanden, no se contraen. ¿Por qué, entonces, Scioli parece a punto de romper el manual? Lejos de los micrófonos, una alta fuente de su propio espacio en la Legislatura lo explica asÃ: "la idea es refutar las crÃticas por mala administración que vienen de Nación y no dar señal de estar armando para las elecciones, aunque eso seguramente lleve a tener problemas con los que cobran del Estado, sean empleados o proveedores". Cuestionable o no, la estrategia -que supone, además, que difÃcilmente llegue dinero por encima de los 1.600 millones que remitió hasta ahora Nación por fuera de préstamos y coparticipación- es consistente con el "repliegue" que viene protagonizando Scioli a la espera de que el tiempo -y el desgaste de los K- le permitan recuperar la ofensiva. Claro que cuando eso ocurra (si es que ocurre), puede ser para él demasiado tarde. Para la polémica no habrá que esperar tanto: no bien ingrese a la Legislatura, comenzarán las crÃticas. En principio, la oposición asegura que no dará OK para el endeudamiento si no explicitan la pauta salarial. También hay furia porque se prometen más fondos para los municipios pero no se remiten los 400 millones canjeados a la oposición a cambio de respaldo a la reforma impositiva de hace tres meses. Sin embargo, en Diputados, se da una situación única: la oposición viene de juntarse de presentar un proyecto con la firma de sus 48 integrantes, cuatro más que los del oficialismo por lo que estarán en condiciones de ejercer una suerte de poder de veto, algo que hasta ahora no habÃa ocurrido nunca. ¿Lo usarán?. Andres Lavaselli - Agencia DIB |