La secretaria de Derechos Humanos de la CGT, Maia Volcovinsky analizó que la iniciativa del oficialismo es “un rejunte de lo peor a se propuso en materia laboral en los últimos 30 años”. Agregó que “es un revival del decreto 70 más otros proyectos frustrados de los ‘90” con lo que “nunca conseguimos que demostraran una relación entre estas reformas y un incremento del empleo sino todo lo contrario”

En diálogo con Radio Provincia, la secretaria adjunta de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación planteó que “cada vez que se propusieron reformas de esta índole resultó en caída abrupta de la formalidad” que, combinado con “un modelo económico que tiende a la recesión o al estancamiento”, termina “en pérdidas de puestos de trabajo y cierre de pymes”.

Asimismo, contrapuso que “el incremento del empleo registrado va a venir de la mano de otro tipo de cambio en materia económica”, lo cual “no se reduce solamente a la macro sino a la economía interna”, pero eso “el Gobierno no lo tiene en agenda, dado que sólo busca reducir los derechos de los trabajadores”.

Volcovinsky ejemplificó que con “la implementación de la Ley Bases se eliminaron las multas al trabajo informal, suponiendo que eso iba a promover la formalidad”. Sin embargo “tenemos el nivel de informalidad más alto registrado en los últimos 17 años”.

En tal sentido, sintetizó que “las medidas en materia de derechos laborales que viene impulsando el Gobierno no han revertido ninguna curva”, por lo que “no hay relación causal que puedan comprobar entre lo que proponen y lo que dicen que va suceder. Están mintiendo”.

Por otra parte, reflexionó que “el mundo involuciona mientras la técnica avanza”, debido a que “esos avances no se aprovechan para el bienestar de la humanidad”. Al respecto, subrayó que “una reforma laboral en estos tiempos, al contrario de lo que se propone en Argentina, debe buscar trabajar menos y aprovechar las tecnologías para distribuir mejor el trabajo”.

Por el contrario, cuestionó que desde LLA se abona “la versión de que todos deberíamos ser esclavos de algún interés económico empresario” porque los trabajadores son “meramente un conjunto de fibras y huesos a disposición de la voluntad de ellos”.