Cordera, el triple crimen y la cultura de la violación en Argentina
09-10-2025
08-10-2025 | La Casa del Encuentro
Cordera, el triple crimen y la cultura de la violaci贸n en Argentina
Desde la Organizaci贸n feminista advirtieron que "a simple vista, los sucesos parecen no tener conexi贸n. Pero si los miramos juntos, revelan el mismo trasfondo: una cultura que naturaliza la violencia contra las mujeres, que  cuestiona a las v铆ctimas y que desplaza la atenci贸n de los verdaderos responsables".
En su 煤ltimo newsletter la organizaci贸n feminista La Casa del Encuentro analiz贸 los 煤ltimos sucesos que se dieron en los 煤ltimos d铆as y que sacudieron a la opini贸n p煤blica en Argentina. 

"Por un lado, volvi贸 a ponerse sobre la mesa la pol茅mica en torno a Gustavo Cordera -ex cantante de La Bersuit-, quien hace algunos  a帽os, en una charla con estudiantes de periodismo, pronunci贸 la frase: 鈥渉ay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo鈥, entre otras. Aquellas palabras le valieron la censura, la cancelaci贸n de conciertos y un fuerte repudio social. Hoy, a partir de nuevas entrevistas, el tema regres贸 a la discusi贸n p煤blica y obliga a repensar c贸mo naturalizamos ciertos discursos. Por otro lado, el triple femicidio de Brenda, Morena y Lara -tres j贸venes de La Matanza encontradas enterradas y torturadas tras varios d铆as de desaparici贸n- estremeci贸 al pa铆s y puso en evidencia la crudeza de la violencia machista en contextos atravesados por el narcotr谩fico", relataron.

En ese sentido adviertieron: "A simple vista, los sucesos parecen no tener conexi贸n. Pero
si los miramos juntos, revelan el mismo trasfondo: una cultura que naturaliza la violencia contra las mujeres, que cuestiona a las v铆ctimas y que desplaza la atenci贸n de los
verdaderos responsables".

Lo que une los dichos de Cordera y el triple

La Organizaci贸n puntualiz贸: "Esta frase no es un error casual ni un exabrupto privado filtrado. Fue pronunciada en un espacio p煤blico, y no por 煤nica vez. Esto encierra es una mirada profundamente arraigada en nuestra sociedad: la idea de que la mujer 鈥渇inge鈥 el rechazo, que su negativa es un juego er贸tico, que 鈥渆n el fondo鈥 desea lo que dice no querer".  

"En los 煤ltimos d铆as, volvi贸 a quedar en el centro de la pol茅mica al aparecer en un documental sobre el femicida Ricardo Barreda. All铆, el m煤sico interpret贸 una parte de su canci贸n La argentinidad al palo donde dice: 鈥淟ocati, Barreda, Monz贸n y Cordera tambi茅n matan por amor鈥. Lo justific贸 se帽alando que 鈥渃ualquiera puede cometer un asesinato en cualquier momento, hasta inclusive yo puedo cometer un crimen鈥, y que 鈥淏arreda simboliza una injusticia cometida sobre una persona que reacciona de una manera violenta para salir de esa injusticia鈥. Estas declaraciones no son inocentes: vuelven a romantizar la violencia y a presentar al femicidio como un acto pasional o como una respuesta ante una supuesta injusticia, desplazando as铆 la responsabilidad del agresor. Al hacerlo, reafirma el mismo sistema que naturaliza la violencia machista y que justifica el dominio masculino bajo la apariencia del amor".

"Este tipo de afirmaciones son la base de la cultura de la violaci贸n, que funciona como un marco cultural donde los abusos sexuales no s贸lo ocurren, sino que encuentran justificaci贸n. Se construye un imaginario en el que la violencia sexual aparece como algo esperable, incluso 鈥渘ecesario鈥 para determinadas mujeres. Esa cultura se sostiene en frases cotidianas: 鈥渁lgo habr谩 hecho鈥, 鈥渕ir谩 c贸mo estaba vestida鈥, 鈥渟e fue sola con 茅l, 驴qu茅 esperaba?鈥 y se perpet煤a cuando figuras p煤blicas como Cordera repiten esos mitos con impunidad. No es solo su opini贸n: es un mensaje que legitima a quienes creen que el consentimiento es negociable, que la voluntad de una mujer puede ser ignorada y que la responsabilidad del abuso recae en la v铆ctima. Cuando alguien con visibilidad medi谩tica reitera estos discursos, no hace otra cosa que reafirmar que la violencia contra las mujeres es 鈥渘ormal鈥 o 鈥渘atural鈥. Y lo m谩s grave es que desplaza la conversaci贸n de lo central: en lugar de preguntarnos c贸mo erradicar la violencia sexual, terminamos discutiendo si 鈥渇ue tan grave lo que dijo鈥", se帽alaron.

El triple crimen y el rol de los medios

En el escrito elaborado por La Casa el Encuentro se puntualiza adem谩s que "el asesinato de Brenda, Morena y Lara fue de una brutalidad atroz. No solo se trat贸 de un femicidio m煤ltiple, sino de un crimen exhibido, filmado y transmitido por redes sociales como
demostraci贸n de poder de un grupo narco. Frente a un hecho de esta magnitud, los medios
tienen una enorme responsabilidad en c贸mo informan y qu茅 narrativa construyen. Sin embargo, gran parte de la cobertura medi谩tica repiti贸 un patr贸n: en lugar de poner el foco en los agresores, en la impunidad que les permiti贸 operar, en el contexto de violencia sistem谩tica que se vive en los barrios mas vulnerables, se empez贸 a escarbar en la vida de las v铆ctimas. Si se prostitu铆an, si consum铆an drogas, si ten铆an v铆nculos con bandas, como si esas preguntas fuerane relevantes para explicar o justificar el por qu茅 las mataron".

"El resultado es perverso: el crimen se relativiza, se transforma en 鈥渁juste de cuentas鈥 o
鈥渧enganza narco鈥 y no en lo que verdaderamente es: un TRIPLE FEMICIDIO. Y adem谩s, las  v铆ctimas son doblemente asesinadas: primero por la violencia que las arras贸 y luego, por el discurso medi谩tico que las reduce s贸lo a diferentes estereotipos de g茅nero. Cuando los medios eligen este enfoque, no s贸lo condicionan la opini贸n p煤blica, tambi茅n inciden en c贸mo la justicia y el estado en su conjunto priorizan los casos. Un femicidio que no encaja en el molde de la 鈥渧铆ctima inocente鈥 suele perder espacio, cobertura, recursos. Con eso, pierde tambi茅n la posibilidad de que se haga justicia plena. Cuando Cordera afirma que 鈥渉ay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo鈥, lo que pone en palabras es la l贸gica patriarcal de que el deseo de las mujeres no tiene autonom铆a,que s贸lo existe en funci贸n de lo que los varones deciden interpretar. Es la idea de que el consentimiento es secundario o incluso prescindible. El patriarcado naturaliza que el NO de una mujer pueda leerse como SI".

"Del mismo modo, cuando los medios cubren el triple crimen indagando si las j贸venes SE
PROSTITUIAN o 鈥淭ENIAN VINCULOS CON EL NARCO, refuerzan otra de las bases del patriarcado: la clasificaci贸n moral de las mujeres. Las 鈥渂uenas鈥 -v铆rgenes, madres, trabajadoras y decentes- son dignas de compasi贸n. Las 鈥渕alas鈥 -pobres, libres, sexualizadas, transgresorasmerecen sospecha o indiferencia. En esa l贸gica, el femicidio deja de ser visto como un crimen social y pasa a leerse como una consecuencia 鈥渆sperable鈥 de la vida de esas mujeres", apuntan.

Para finalizar plantean: "Frente a eso, el desaf铆o es claro: dejar de mirar a las v铆ctimas como sospechosas y empezar a poner el foco en los victimarios y en las condiciones sociales que habilitan estos cr铆menes. Que los medios se hagan responsables del impacto de sus discursos. Que quienes tienen visibilidad p煤blica comprendan que sus palabras legitiman o combaten violencias. Porque ninguna mujer necesita ser violada. Ninguna mujer merece morir en manos de una banda. Ninguna vida vale menos por d贸nde viv铆a, con qui茅n se relacionaba o c贸mo eleg铆a vivirla".